Mermelada SIN AZÚCAR

Ya os decía que la huerta nos daría muchas alegrías, y esto solo comienza.

Fue una idea que surgió de ver lo hermoso que estaban los árboles frutales tanto en nuestra huerta como a su alrededor. Unos cerezos cargados de frutas rojas y hermosas, un frambueso a rebozar de frutillas con un color esplendido, una gozada ver como la naturaleza nos ofrece toda su riqueza.

Así, que de ver tanta belleza me dio por ponerme a investigar cómo hacer una mermelada que fuera más que eso, más que fruta conservada con un montón de azúcar, que además está muy rica, eso sin duda. Pero no quería eso, no quería un alimento que nos aporte ese chute de azúcar tan pronto por la mañana, o a media tarde en una merienda.

Así llegue a esta fórmula de mermeladas que son más que eso, más que solo fruta y azúcar.
No olvidemos que al cocinar la fruta una buena parte de su potencial nutritivo lo sacrificamos (vitaminas termolábiles) como la vitamina C, el complejo B, entre otras, que con el calor de la cocción pierden su actividad biológica, pero persisten sus taninos antioxidantes, su fibra, minerales, etc. - Si que queda algo nutritivo y valioso-.

Por eso, incorporar los dátiles como endulzante me pareció una idea estupenda cuando lo leí. Cuál fue mi sorpresa cuando veo que apenas aportan sabor ¡eureka!, un alimento como los dátiles con ese potencial nutritivo, endulza, aporta alimento y no cambia el sabor, simplemente ¡genial!. Son ricos en hierro, magnesio, potasio, manganeso y vitamina B-6. Además de fibra.

No obstante, para favorecer la textura, que ya los dátiles nos ayudan un poco, llegue al agar- agar, ¡otro descubrimiento para mí¡. Un alga con un potencia nutricional tremendo, que se usa en la cocina oriental hace miles de años, es rico en fibra soluble, en calcio y hierro, tiene una relación sodio potasio que ayuda a la eliminación de líquidos. La fibra soluble que contiene, favorece al tránsito intestinal, disminuye la absorción de grasas, entre ellas el colesterol, además con un efecto saciante.

Vamos, por eso os digo, ha quedado una mermelada que aporta mucho más que dulzor y placer al paladar. Un super-alimento para desayunar, merendar o incluso algún postre hecho con creatividad y esmero.

La receta es muy sencilla, fruta, dátiles y el agar-agar al final de la cocción.

Pero si no os queréis liar en la cocina he hecho algunas para vender. Me podéis contactar por ésta vía.

Pasar un buen verano. Hasta la próxima…