"COMPONENTES CLAVES DE UNA DIETA SALUDABLE"

Viernes 11 de Enero 2013    a las 19:00

En el Centro Integral de Reflexología y Bienestar, Pamplona (Navarra)

 

Charla Informativa Gratuita - RESERVAR PLAZA-


"COMPONENTES CLAVES DE UNA DIETA SALUDABLE"

"Hoy en día son muchos los datos que conocemos en relación con la alimentación, dietas, modas, corrientes alimentarias, además de abundantes conocimientos que van surgiendo con los avances científicos, no hay duda que esta es un área dinámica y en constante evolución.

Lo que no cambia y debemos ser conscientes, es que  todo los alimentos que consumimos  tienen mucho que ver con nuestro cuerpo, son herramientas y constructores de nuestro potencial físico e intelectual, además de su repercusión en nuestro estado de salud.

Esta charla informativa tiene como objetivo compartir algunas ideas claves para conservar una buena salud a través de la alimentación, o en todo caso transmitir lo que hoy en día se reconoce como una dieta ideal. "


IMPARTE: Gabriela Terán
http://carolinebenko.blogspot.com.es/2012/12/programacion-enero-2013.html

Los Azucares en la Dieta

Características biológicas han jugado un papel importante, a lo largo de la evolución de la especie, para contribuir a la sobrevivencia. Así por ejemplo, la actitud de la lengua para detectar la amargura ha tenido que ser vital, habida cuenta de que la mayoría de las toxinas naturales tienen un gusto amargo. El apetito específico por el sabor azucarado parece ser un rasgo de fuerte componente innato entre todos los mamíferos, seres humanos incluidos. Se da en otras muchas especies además del Homo sapiens. Se trata de una característica adaptativa positiva, en la medida que el azúcar es una fuente de energía. Se piensa que esta característica pudo ser seleccionada en un medio en el que los azúcares de absorción rápida eran relativamente escasos, de tal manera que los alimentos de sabor azucarados constituían una fuente ventajosa de calorías rápidamente movilizables. El sabor azucarado es una “señal innata de calorías” y su umbral de saciedad es más alto que para otros alimentos, probablemente porque participa de un subsistema especializado de regulación puramente calórico (cuantitativo). Esta circunstancia quedaría ilustrada por el hecho de que, en numerosas culturas, los alimentos azucarados se consumen al final de las comidas: incluso hartos, se dispone todavía de una agujero para el dulce.

En cualquier caso, más o menos innato, el gusto por los alimentos azucarados se refuerza cada generación gracias al dulzor de la leche materna e, incluso, por la preferencia mostrad por los niños de corta edad por un biberón de agua azucarada frente a otros con soluciones de sabor amargo o salado o, simplemente con agua común.

Hasta el siglo XVIII, el azúcar fue un producto escaso, exótico, de lujo. Nadie lo consumía de modo habitual. Hasta finales de la edad media sus usos fueron muy restringidos. En 1370, la provisión de una reina de Francia, para el mantenimiento de la casa real era de cuatro panes de cinco libras cada uno. En tiempos de Enrique IV, el azúcar se despachaba, todavía, en las farmacias y lo vendían por onzas y hacia falta querer comprar la salud a cualquier precio para sufragar los gastos de este remedio imaginario. Además sus usos como medicamento lo desacreditaba como alimento y lo colocaba en la categoría de drogas sospechosas. Bajo Luis XIV, el azúcar era todavía un género de lujo que se evitaba prodigar. Circulaba sobretodo como un regalo, siempre muy bien aceptado. A partir del siglo XVIII, se fue pasando progresivamente de la escasez de sustancias azucaradas y, consecuentemente, con una alta valoración social y con controles culturales estrictos sobre su consumo, a una situación de superabundancia. Desde el siglo XIX, los usos del azúcar aumentaron y se diversificaron de modo paralelo al propio aumento de su producción.

Después de 1900, el consumo de azúcar se multiplicó por diez. La conjunción de la apetencia de azúcar y de intereses socioeconómicos condujo un desajuste, una ruptura de la congruencia entre la apetencia por el azúcar y las capacidades metabólicas cada vez más sobresolicitadas. Este fenómeno contribuyó, sin duda, a una parte de las patologías llamadas de “cvilización” ligadas a la nutrición: el exceso de azúcar, que representa un aporte calórico importante y de absorción rápida a la vista del escaso gasto energético del ciudadano sedentario actual. Estamos en presencia de una especie de paradoja crítica de la evolución biocultural, el apetito biológico de azúcar y las disponibilidad ilimitada de este hacen de algún modo de masa crítica (Contreras J. y Gracia M. 2005).

Recientes estudios arrojan más luces en relación al consumo de carbohidratos y el estado de ánimo. Investigadores de la universidad Rockefeller en Nueva York piensan que el deseo de estos alimentos puede ser una forma en que la madre naturaleza informa a las mujeres que deben comer para sentirse mejor.

Tal vez el deseo de azúcar que experimentan algunas mujeres en la pubertad, premenstrual, durante el embarazo, y después de la menopausia podría ser una respuesta producida por los estrógenos en el cerebro y los niveles de azúcar en la sangre.

Las mujeres muestran ser más sensibles a los cambios en la serotonina que los hombres, explica el Dr. Chistie. “Cuando los niveles de estrógenos bajan y aumentan los niveles de progesterona, los niveles de serotonina pueden caer. Nosotros postulamos que esta caída es la razón de porque las mujeres desean carbohidratos durante algunos momento del ciclo menstrual. Si los niveles de serotonina descienden, reincrementa el apetito, particularmente de hidratos de carbono. Este mismo mecanismo parece ocurrir durante la menopausia. “Cuando los valores de estrógenos descienden”, a menudo se da un incremento del apetito, deseos de carbohidratos y se reporta una ganancia de peso; que también podrían estar asociados a cambios en los niveles de serotonina (Kesten D. 2007).

Montse Bradford, en su libro “La Alimentación y las Emociones”, nos habla de los dulces como alimentos que están completamente ligados a la parte emocional. Cuando nos encontramos emocionalmente en desequilibrio recurrimos a ellos, sea de la naturaleza que sean (Bradford M. 2011).


Referencias bibliograficas

Contreras H.J. y Gracia A.M. (2005) Capitulo 1 La Alimentación Humana: Un fenómeno Biocultural. En Alimentación y Cultura. 1era edición, Barcelona, Editorial Ariel S.A.: 24-27.

Kesten D. (2007) Feeding the Body Nourshing the Soul. Vermont, Editorial White River Press.

Bradford M. (2011) Las Carencias Nutricionales y Energéticas. En La Alimentación y las Emociones. Barcelona, Editorial Océano, S.L.: 80-81.

Los Alimentos y el estado de ánimo (III parte)

Los alimentos y el estado de ánimo


Desde hace mucho tiempo en culturas ancestrales se consumen algunos alimentos por sus efectos psicológicos, entre estos los yoghis. En China por ejemplo, los alimentos se han usado por miles de años para calmar y focalizar  la mente.

Lo siguiente es ver a través de la ciencia moderna este aprendizaje intuitivo de los antiguos observadores espirituales: Si, los alimentos liberan sustancias a nuestro cuerpo que afectan nuestras emociones y estado de ánimo.

Un campo pionero en la ciencia de la nutrición ofrece referencias para el estudio de los alimentos y el estado de ánimo, esto viene a confirmar lo que algunos siempre sospecharon: que y cuando comer puede afectar nuestra mente y  estado de ánimo, nuestra tendencia a cumular kilos, incluso la calidad de nuestra vida.

Richard Wurtman, M.D. y Judoth Wurtman, Ph.D., cientificos del Instituto de Massachusetts de Tecnología (MIT), fueron los primeros en asociar los alimentos con el estado de ánimo cuando encontraron que el azúcar y el almidón presente en los alimentos ricos en carbohidratos impulsan en el cerebro una poderosa sustancia llamada serotonina. Pronto asociaron esta serotonina y otros neurotransmisores a cada uno de nuestros estados de ánimos, emociones y deseos.

Por ejemplo, ellos notaron que comer alimentos ricos en carbohidratos, tales como cereales, legumbre y vegetales, elevan los niveles de serotonina, ayudando a sentirnos mas relajados y calmados; por el contrario las alimentos ricos en proteínas, tales como lácteos, pescados, aves y carnes, liberan sustancias que nos permiten pensar y reaccionar más rápidamente, y hacernos sentir en alerta o más enérgicos (Kesten D. 2007).

Investigaciones científicas han revelado que hay una relación reciproca e interactiva entre el estrés emocional y el anhelo de consumir carbohidratos, este induce al deseo de alimentos dulces ricos en hidratos de carbono y grasa, dado que su consumo tiene un efecto de refuerzo positivo en la mejora del estado de ánimo. Este estrés representa un estimulo que condiciona esta respuesta, provocando un alivio temporal de su angustia emocional, además de satisfacción de ese deseo, por lo que el estado de estrés vuelve y el ciclo de deseos de dichos alimentos retorna. Solo existe una forma de reducir este deseo o antojo, y es aminorar el estado de estrés o el motivo de la angustia, acompañado de la total eliminación de la dieta del azúcar añadido y la cafeína. Cosa que para alguno individuos podría ser ineficiente, y el tratamiento de su estado emocional requiera intervenciones mas específicas, como la psicoterapia, etc. (Christensen L. 2001).

Esta relación alimentos estado de animo es compleja, existe una serie de asociaciones que ejercen influencia y deben ser consideradas, mas allá de los componentes nutricionales como el azúcar (glucosa), con su consecuente aumento de energía y alerta, seguido de un retrasado efecto sedante, y de sustancias psicoactivas (cafeína, alcohol, teobromina, etc.), que tienen un reconocido efecto en el estado de ánimo según la cantidad que se consuma y el momento. Además, está el aspecto sensorial de los alimentos, la mayoría de estos productos que se consumen cuando buscamos cambios en nuestro estado de ánimo son muy apetecibles (ej. Chocolates, pastas, pasteles, galletas, etc.), son alimentos ricos en azúcar e hidratos de carbono, además de grasas, por lo que su efecto en el estado de ánimo no es considerado el simple resultado de sus constituyentes, estos además proporcionan una experiencia placentera, posiblemente mediada por la liberación de endorfinas, debido a que el sabor dulce, que se sabe que es innatamente placentero, junto con la textura grasosa que también es preferida desde etapas tempranas de la vida.

A su vez, las características individuales basadas en el aprendizaje de experiencias previas, serán definitivas en nuestras experiencias futuras, así como en otros aspectos, en el tema de los alimentos no es la excepción, nuestra naturaleza de constante aprendizaje tendrá un efecto sobre nuestra relación individual con los alimentos y su influencia en el estado de ánimo, actitudes y creencias sobre los éstos son parte de este proceso y ejercerán inevitablemente su influencia en el resultado tras su consumo (Appleton K. y Rogers P. 2004).

Referencias Bibliográficas

Kesten D. (2007) Feeding the Body Nourshing the Soul. Vermont, Editorial White River Press.

Christensen L. (2001) The effect of food intake on mood. Clinical Nutrition, 20 (supplement 1): 161-166.

Appleton K.M. Rogers P.J. (2004) Food Issues for Women. Food and mood. En The Medicine Publishing Company Ltd: 4-6.

Nutrición Integrativa (II parte)

 

 

Comer intuitivamente


La homeostasis del peso involucra una interacción dinámica entre hormonas, proteínas y neurotransmisores del intestino, hígado, cerebro y células grasa. El cuerpo humano no es un simple contendor de calorías que pueden ser añadidas o substraídas. Con los cambios energéticos ocurren ana serie de cambios bioquímicos y cada uno de estos cambios incide en otras proteínas y hormonas. Los cambios calóricos traen consigo una respuesta fisiológica de gran complejidad.

Lo más saludable es reconocer las señales homeostáticas del cuerpo. Comer cuando se tiene hambre, nos proporciona una clara sensación de bienestar y nos coloca en la mejor condición para que la naturaleza actúe sobre el.

Para las personas habituadas hacer dieta les puede tomar un tiempo y practica aprender a reconocer la sensación de hambre real, y conectar con estas sensaciones corporales. Para algunos el hambre se ha transformado en su enemigo, con el que lidiar y distraer el mayor tiempo posible. Aprender a comer intuitivamente promueve un mayor grado de bienestar físico y psicológico. El objetivo de esta práctica es recuperar la confianza en su propia habilidad de reconocer la cantidad de alimento que el cuerpo realmente necesita. Debemos evitar los estilos de vida que nos hagan propensos a comer de forma caótica o desordenada. Psicológicamente es más satisfactorio reconocer las señales internas de hambre y saciedad, tanto como beber agua cuando se tiene sed, abrigarse cuando se tiene frío o respirar después de un buceo de 25 pies en el fondo del océano.

A diferencia de la negativa recomendación de restringir el consumo, la principal meta de comer intuitivamente es positiva, “comer cuando se tiene hambre hasta quedar completamente satisfecho”. Esto hace que el hecho de satisfacer una necesidad fisiológica básica sea una experiencia puramente positiva. Confiar en el los mecanismos de equilibrio interno nos conduce a una relación con los alimentos libre de hambres, miedos y culpas. Esta recomendación de reconocer las señales de hambre y la saciedad es percibida por la mente, cuerpo y espíritu como un apoyo y sustento, que permite un total disfrute y conexión con la satisfacción espiritual de los simples placeres de la vida.

Para las personas quienes han respondido a sus señales internas de hambre y saciedad desde su nacimiento, comer intuitivamente es fácil. Comer cuando se tiene hambre hasta quedar completamente satisfecho es algo que casi todos los mamíferos compartimos desde el nacimiento, pero las personas que nos hemos alejado de este comportamiento por dietas o por razones emocionales, les puede parecer simple, pero no tan sencillo.

El cuerpo esta programado para prevenir el ayuno o la inanición, en otras palabras, los mecanismos homeostáticos ante la falta de ingesta de alimentos o restricciones severas responde con más hambre en una primera fase, y con una disminución del metabolismo para asegurar sus funciones vitales. Es importante entender lo perjudicial que puede ser luchar contra las fuerzas de la naturaleza y sus consecuencias mentales, corporales y espirituales (Outland L, 2010).

Referencia Bibliográfica

Outland L. (2010) Intuitive Eating. Holistic Nursing Practice, 24(1):35-43.

La Nutrición Integrativa (I parte)

 




Antropólogos, científicos, estudiosos ha dedicado tiempo y esfuerzo en el estudio de la alimentación humana. Objeto de pactos y conflictos, los comportamientos alimentarios marcan tanto las semejanzas como las diferencias étnicas y sociales, clasifican y jerarquizan a las personas y a los grupos, expresan formas de concebir el mundo e incorporar un gran poder de evocación simbólica hasta el punto de evidenciar que, en efecto, somos lo que comemos (Contreras  H.J. y Gracia A.M. 2005).

Deborah Kesten y su esposo Larry Scherwitz en su intento de redescubrir los principios mas profundos de la alimentación, yendo mas allá de la visión puramente practica de la ciencia moderna, han recuperando de entre de las diferentes culturas y civilizaciones mas antiguas, las motivaciones y principios que prevalecían en sus conocimientos sobre los alimentos y la nutrición, elementos que fueron surgiendo a través de los tiempos; debieron pasar muchos años mediados por situaciones diversas, ensayos, experiencias, vivencias, incluso errores fatales cargados de mucho instinto de supervivencia para que la especie humana llegara hasta aquí, acumulando abundancia de conocimientos empíricos y valiosos que en muchas ocasiones han sido olvidados o desplazados por los avances científicos, pero seguramente con una intrínseca conexión con la naturaleza misma del hombre, ya que de ella surgió, por la misma necesidad de conectarse este con su entorno, convivir y sobrevivir con el, mágica simbiosis.

Hoy en día nos estamos dando cuenta que hemos generado una brecha abierta entre la civilización, el llamado progreso con las nuevas tecnologías, y nuestra esencia ancestral, nos tratamos casi como máquinas o depósitos orgánicos que intercambian combustibles y/o nutrientes, consumimos y eliminamos, en el gran sentido de la palabra, somos masas consumidoras, potenciales compradores para la industria y generadores de residuos para el sistema.

La nutrición integrativa es un enfoque holístico de los alimentos y la nutrición, específicamente acerca del poder sanador de los estos, no solo física, también emocional, espiritual y socialmente. En definitiva la nutrición integrativa no solo trata de que comer, sino también del cómo comer par alcanzar una salud óptima (Kesten D. 2001).

Dieta consciente


 
La génesis de la ciencia de la nutrición occidental comienza en el siglo 18 en Francia cuando el químico  Antonie-Laurent Lavoisier definió las calorías, y continuó un siglo después cuando el científico alemán Justus Von Leibig aisló las proteínas, grasas, hidratos de carbono y minerales de los alimentos. Antes de estos descubrimientos, las principales religiones (Judaísmo, Cristianismo, Islamismo, Budismo, Hinduismo entre otras) además de la tradición cultural (nutrición yogic, el ritual del te japonés, el ayuno en la búsqueda interior, etc.) proporcionó las creencias y guías de alimentación a la humanidad durante milenios (Editores Explore, 2005).

 
La ciencia moderna ha invertido tiempo y recursos en el desarrollo de técnicas y procedimientos, métodos y recetas que contribuyan a mejorar, o en todo caso aportar conocimientos en relación al potencial de los nutrientes para contribuir a la salud, cuanto y como consumimos los alimentos son las principales orientaciones que nos señalan las guías de alimentación mas actualizadas, no obstante, hemos pasado por alto, el ingrediente fundamental que nos conecta con la esencia de nuestra naturaleza mas pura, el poder mágico, sanador, intangible de reconocer en el alimento algo mas que nutrientes, ver mas allá de su aporte nutricional, reconocer como la naturaleza expresa todo su potencial y riqueza en cada producto que nos regala, su poder sanador y nuestra conexión con ella.

 
La conexión entre alimentación y algunas ceremonias es estrecha a través del tiempo y las culturas, y va desde la obtención de las materias primas como la caza y la agricultura hasta las practicas religiosas entorno a su preparación y consumo. Cosa que no es de extrañar, dada nuestra dependencia en la nutrición para la vida.

 
Desde la perspectiva histórico, cultural y científica esta estrecha relación puede estar asociada a rituales beneficioso para la salud, como se ha demostrado en algunas investigaciones que asocian un mayor numero de comidas a la semana realizadas en familia, con un mejor estado de salud y bienestar entre los niños y adolescentes de los grupos familiares estudiados (Silverman H. 2006).

 
Scherwitz y Kesten desarrollaron un modelo de nutrición integrativa asociando los aspectos perennes en la alimentación y nutrición cuando observaron como la gente y las culturas del mundo han considerado, preparado, saboreado y compartido los alimentos. Estos aspectos son el social, psicológico, espiritual y biológico. Entendiendo que el aspecto social es cuando conectamos con los demás a través de los alimentos. El aspecto psicológico envuelve los sentimientos antes, durante y después de comer. El aspecto espiritual incluye llevar de un momento a otro la conciencia sin prejuicios a todos los aspectos de la comida, apreciando el origen y la preparación, y creando una unión con lo divino a través del alimento. Y finalmente, en un área que es una expansión del enfoque convencional de la ciencia de la nutrición, el aspecto biológico, que incluye el consumo de alimentos frescos, integrales o en su estado mas natural, lo mas frecuente que sea posible.

 
Los tres ingredientes de la nutrición espiritual son conciencia plena, gratitud y amor. Por ejemplo, comer de forma consciente –uno de los caminos para la iluminación según la filosofía budista- y estando en el presente durante el momento en que se come afecta la forma como son metabolizados los alimentos, y en definitiva la salud y el bienestar. Donald Morse, MD, de la Universidad de Temple, demostró esto cuando tomo un grupo de chicas estudiantes y las invitó a meditar 5 minutos antes de consumir un refrigerio a base de carbohidratos; como resultado, estas produjeron 22% más alfa-amilasa, además de otras enzimas que ayudan a metabolizar los carbohidratos y vitaminas del complejo B (Editores Explore, 2005).

 
Enfocar la alimentación como sustento espiritual es un concepto universal que ha viajado a través de los siglos, hoy en día sigue vigente en las diferentes culturas y religiones por todo el mundo.

 
En la cocina energética una alimentación consciente se basa en alimentos naturales, principalmente recolectados en el campo, fruto de nuestra madre tierra. Alimentos primarios, sin procesar, los mismos que nuestros antepasados consumieron durante miles de años: cereales integrales, legumbres, proteínas vegetales, variedad de verduras, frutas, semillas, frutos secos, algas y pescado. Hablamos de semillas de vida y energía que aún contiene toda la memoria universal de la vida (Bradford M. 2011).

 
Pero aquí trataremos algo más que la sabiduría de tradiciones que hablan de la divina esencia de los alimentos. Aquí haremos una exploración donde se cruzan la sabiduría ancestral y el mundo de la ciencia.

 
Continuara...
 
Referencias bibliograficas
  • Bradford M. (2011) La Alimentación y las Emociones. Barcelona, Editorial Océano, S.L.: 80-81.
  • Contreras H.J. y Gracia A.M. (2005) Capitulo 1 La Alimentación Humana: Un fenómeno Biocultural. En Alimentación y Cultura. 1era edición, Barcelona, Editorial Ariel S.A.: 24-27.
  • Kesten D. (2001) The Healing Secrets of Food. California, Editorial New World Library.  
  • Silverman H. (2006) Diet and Nutrition, Nutrition and Ceremony. Explore, Vol.2, No.1:60-61. 
  • The Editors of Explore (2005) Integrative Nutrition: Food´s Multidimensional Power to Heal. Explore, Vol.1, No.5.

 

 

Taller de Ayurveda - Estella, Navarra.



 Queremos compartir el conocimiento de culturas ancestrales que son una fuente de enriquecimiento personal y humano, ellas nos ofrecen algunas técnicas sencillas de aplicar pero con un profundo sentido de conexión con el entorno y nuestra naturaleza.

Este primer taller de Ayurveda que realizaremos en Estella, es una oportunidad de conocer una ciencia con una riqueza de alternativas naturales, dirigido muy especialmente para aquellas personas que sentimos la inquietud de comprender nuestra naturaleza y gestionar nuestra salud de forma consciente.

 Es una taller de iniciación y una oportunidad para los que quieren seguir profundizando en estos temas.  



Āyurveda

Taller de iniciación impartido por:
Prachiti Kinikar-Patwardhan y José Manuel Muñoz
(Centro de Estudios Ayurvédicos)

16 y 17 de Junio 2012.

(Sábado de 9 a 14h y de 16 a 21h - Domingo de 9 a 14)
Lugar: Centro Saludarte  C/ La Rua nº 4, bajo. Estella, Navarra.http://saludarte.eu/blog/


Programa:

  • Introducción.

  • Marco conceptual. Medicina convencional - biomedicina, Medicinas tradicionales, Medicinas populares, Medicinas alternativas y complementarias.

  • Justificación de la importancia del Ayurveda

  • Principios y conceptos básicos. Panchabhuta, dosa, dhatu/srota, mala.

  • Hábitos saludables Dinacharya y rtucharya.

  • Concepto de dosaprakrti.

  • Salud y enfermedad en la medicina ayurvéda.

  • Digestión, agni y ama.

  • Introducción a la alimentación ayurvédica.

  • Conocimiento de las sustacias y su mecanismo de acción (dravyaguna): rasa, vopaka, virya, prabhava, guna, karma.

  • Preparaciones básica: infisión decocción, aceite medicado y ghee.

  • Análisis ayurvedico de especias de uso corriente: mecanismos de acción y ejemplos de aplicaciones clínicas.



Contacto-inscripción:
http://gabriela-dietaintegral.blogspot.com.es/
ygabrielateran@gmail.comTfn. 649695078 - 948982026.

Prachiti Kinikar-Patwardhan, doctora ayurvédica. Tengo 37 años. Nací en Bombay y vivo en Pune, donde tengo una clínica ayurvédica. También paso consulta en Japón, Australia y España, y enseño medicina ayurvédica. Estoy casada y tengo un hijo de 10 años. Abogo por la igualdad y estoy en contra de las castas. Soy hindú
Pasado el furor de la medicina alopática en la India, la gente ha vuelto a su medicina milenaria: el buen doctor de cabecera que sabe cuántas horas duermes, de qué color son tus heces y en qué lugar te duele del alma. El ayurveda es el sistema curativo natural más antiguo del mundo. Según estudios norteamericanos, sus procesos de desintoxicación y el reequilibrio mediante la dieta han reducido el colesterol y la ansiedad en enfermos cardiacos y han ayudado a personas con úlceras de estómago, asma, alergias respiratorias, afecciones de la piel, hepatitis, ansiedad e insomnio. Prachiti imparte cursos y visita a sus pacientes de Japón, Australia y España: Málaga, Santander y Barcelona.
http://ayurveda-monika.blogspot.com.es/2011/11/dra-prachiti-tener-las-manos-sudorosas.html

El taller tendra un precio de 85 euros/persona. 

El desarrollo de la actividad esta sujeto a un número mínimo de alumnos.
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El Dr. Vasant Lad, en su libro La ciencia de curarse a Uno Mismo nos dice: “Aunque el Ayurveda hasta ahora se ha visto como una ciencia esotérica, es, en realidad, una ciencia de la vida, simple y práctica, cuyos principios son universalmente aplicables a la existencia diaria de cada individuo. El Ayurveda se dirige a cada elemento y faceta de la vida humana y ofrece una guía para quienes buscan mayor armonía, paz y longevidad y ha sido probada y enriquecida a través de muchos siglos”.
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Enlace interesante. Un estudio cientifico sobre los antiinflamatorios y las plantas medicinales que se usan en ayurveda.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3170500/?tool=pubmed

Por una alimentación integral

La  alimentación, fuente natural de nuestra integridad física y mental, es sin embargo, la gran descuidada en nuestra vida cotidiana.

Por ello es de vital inportancia que nos tomemos un rato al día para planificar nuestra nutrición.
Alimentos y nutrientes serán herramientas y constructores de nuestra forma física e intelectual; no hay nada que entre a nuestro sistema digestivo que no tenga que ver con nuestra economía corporal o sistema bioquímico, formando parte, en definitiva, de lo que somos, hacemos y sentimos.
Actualmente se ha dedicado tiempo, esfuerzo y ciencia en descubrir los componentes de los alimentos y sustancias que consumimos, pero hemos olvidado algo que nuestros ancestros concebían con más claridad, los mágicos ingredientes que implican el acto de comer: sentimientos de amor, consuelo, protección, una comida en familia, una comida romántica...
No es de extrañar que los alimentos formen una parte importante  en los rituales de celebración en todas las cultural del mundo. Ello es debido a que son considerados algo más que alimentos, son vehículos de sentimientos y costumbres, señales de identidad con las que se comunica un grupo familiar una comunidad o un pueblo.
Hagamos conciencia de nuestro cuerpo cuando nos alimentamos, de cómo esta actividad cotidiana trasciende nuestra naturaleza. Nada es completamente inocuo a nuestro ser, por eso no debemos sentir culpa por el acto de comer ya que es una acto natural y espontaneo.

De lo que si tenemos que estar atentos es de qué comer y cuando hacerlo.