Por formación profesional, los temas que trato en el blog o que forman
parte de mi trabajo diario me gusta mantenerme al día, así que de vez en cuando
me dedico hacer revisiones de los últimos artículos científicos dándome un paseo por PubMed, y esto me ayuda a tener una visión más clara de lo que está en
el tapete y como van las últimas tendencia de las investigación sobre el tema.
Es una manera de
confirmar o desmontar cualquier duda en relación a los temas de alimentación,
nutrición y salud, que como bien sabemos están muy influenciadas por modas,
mitos y creencias, algunas veces sin fundamento.
Como era de esperar, el tema del ayuno intermitente está en plena
vigencia, ya que muestra ser una
buena alternativa, para el control de peso y una serie de enfermedades
metabólicas como la resistencia a la insulina (diabetes), hiperlipidemias
(colesterol y triglicéridos elevados), enfermedades cardiovasculares
(hipertensión, etc.), entre otras enfermedades degenerativas.
El ayuno intermitente estudiado por primera vez hace más de
65 años, no deja indiferente a los investigadores, y demuestra en estudios desarrollados en humanos, que los
beneficios reportados anteriormente en
animales de laboratorio, se hacen visibles también en las personas que lo practican.
Entre los
beneficios más destacados están:
- Favorece la pérdida de peso
- Ha demostrado ser eficiente en la reducción de la grasa abdominal (grasa visceral), y en el hígado graso.
- Al darle un descanso al páncreas mejora la sensibilidad a la insulina. Como consecuencia mejoran los niveles de glucosa en sangre, lo que reducirá el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo.
- Reduce el IGF-1 (Factor de crecimiento insulínico tipo 1), lo que significa que reduces el riesgo de padecer una serie de enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer.
- Disminuye la formación de tumores de mama.
- Experimentas una mejora general de tu estado de ánimo y sensación de bienestar. Esto puede ser a consecuencia de que tu cerebro aumenta la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), lo que probablemente repercutirá en un mejor estado de ánimo que hará el ayuno más llevadero.
La idea es, 2 días de
ayuno o restricción calórica de aproximadamente la cuarta parte de tu consumo
calórico de referencia para la edad, actividad física, etc. Y el resto una
alimentación sana y equilibrada.
Por mi experiencia y la de otras las personas que lo
practican, el ayuno intermitente va mas allá de un simple régimen, nos hace más
sensible a la sensaciones de hambre, nos ayuda a diferenciar el hambre, de las
ganas de comer. Es un reto personal que implica un compromiso con tu salud, y
cada día de ayuno superado es una meta alcanzada.
Aprendes a manejar el hambre y hacer consciencia de que no
mueres por comer menos o dejar de comer, te haces consciente de la cantidad de
comida que sueles comer sin hambre. Y no es cierto que luego de unos días de
ayuno te metas un atracón, aprendes a comer menos y estar más atento de lo que
comes.
Referencias
Baronsky AR; Hoddy KK; Unterman TG; Varaday KA.
(2014) Intermittent fasting vs daily calorie restriction for type 2 diabetes prevention:
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Translational Research. Vol.164, Issue 4, 302-311.
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Mosley M. and Spencer M.
(2013) La dieta de los 2 días. Ed. Urano. Barcelona, España.
Sakaznik-Wikiel ME. And Polotsky AJ. (2014) The
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Prensas Universitarias de Zaragoza. Zaragoza, España.