Las 8 principales causas de los antojos

¿Cómo es posible que en varias ocasiones no seamos capaces de frenar el impulso de comer algunos alimentos? Éstos nos van rondando por la mente a modo de antojo, aun sabiendo que pueden ser perjudiciales para la salud, incluso en algunos casos seguir abusando de ellos.

La nutrición integrativa con una visión holística del hombre y la ciencia de la nutrición, me han dado algunas respuestas a estas preguntas. Los alimentos y el estado de ánimo es un campo relativamente nuevo para la nutrición, y aun debemos estar por conocer mucho más.

Los antojos o impulsos por comer un alimento en particular, vienen a ser como señales S.O.S que envía constantemente nuestro cuerpo, en un intento de conseguir saciar alguna carencia, que puede ser el resultado de un desequilibrio alimentario, o la falta de un nutriente, o incluso, algún aspecto afectivo-emocional que nos afecta, y queremos llenar con alimentos, dándole a éstos un poder que no tienen.

Según Joshua Rosenthal, en su libro Nutrición Integrativa, alimenta tu salud y felicidad; puntualiza 8 principales causas de los antojos, que seguramente te van hacer reflexionar y en algunos casos te veras reflejado:
  1. Deshidratación. El cuerpo no envía el mensaje de que está sediento hasta que estás al borde de la deshidratación. La deshidratación ocurre como una pequeña sensación de hambre, así que lo primero que debes hacer cuando tengas un extraño antojo es beber un vaso de agua.
  2. Estilo de vida. Estar insatisfecho con una relación personal, tener una rutina de ejercicios inadecuada (mucho, muy poco o incorrecta), estar aburrido, estresado, en un trabajo poco inspirador o no tener una práctica espiritual; todo esto puede contribuir a comer de forma emocional. El acto de comer puede ser utilizado como sustituto del entretenimiento o para llenar el vacío.
  3. Desequilibrio. Yin/Yang Algunos alimentos poseen más cualidades yin (expansivas) mientras que otros poseen más cualidades yang (contractivas). Comer alimentos con características en extremo yin o yang, puede causar antojos con el fin de restablecer el equilibrio. Por ejemplo, seguir una dieta muy alta en azúcares (Yin) puede causar ansia por comer carne (Yang).
  4. Aflora nuestro interior. Con frecuencia, los antojos vienen de comidas que probamos recientemente, alimentos que comían nuestros ancestros o alimentos que comíamos durante la infancia. Una manera inteligente de satisfacer estas ganas es comer una versión más saludable de estos alimentos de nuestros ancestros o de nuestra infancia.
  5. La temporada. Con frecuencia, nuestro cuerpo siente necesidad de ciertos alimentos para balancear los elementos de acuerdo a la estación. En primavera, la gente siente ganas de comer alimentos que lo desintoxiquen, como verduras o cítricos. En verano, a las personas se les antojan alimentos que los refresquen como frutas, alimentos crudos y helados. En otoño, buscan alimentos que los conecten más a la tierra como calabaza, cebollas y nueces. En el invierno, muchos desean comidas calientes y alimentos que produzcan calor como carne, aceites y grasas. Otros antojos, como carne de pavo, ponches de huevo y dulces, también pueden ser asociados con temporada de fiestas.
  6. Deficiencia de nutrientes. Si el cuerpo está recibiendo una comida inadecuada de nutrientes, producirá antojos extraños. Por ejemplo: niveles inadecuados de minerales producen antojos por comer sal. Una nutrición deficiente produce deseos por formas de energía no nutritivas como cafeína.
  7. Hormonas. Cuando las mujeres están en períodos de menstruación, embarazo o menopausia, en los que los niveles de testosterona y estrógeno fluctúan, podrían desear alimentos poco usuales.
  8. Involución. Cuando las cosas marchan extremadamente bien, a veces puede ocurrir un síndrome de auto-sabotaje, durante el cual se pueden sentir antojos por alimentos que nos pongan fuera de balance. Luego tendremos antojos de alimentos que nos devuelvan el equilibrio. Esto ocurre a menudo a partir de una baja azúcar en la sangre que puede resultar en cambios bruscos de ánimo.
Siempre que tu cuerpo dese algo, detente un momento y pregúntate ¿Qué es lo que está pasando aquí realmente? Cada vez que te veas a ti mismo tomando de manera impulsiva algo que sabes que no es bueno para ti, tómate un momento para calmarte, respira y evalúa la situación. Considera lo que tu cuerpo está pidiendo en realidad. Comienza con el sabor.