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| Un huerto familiar |
La magia de todo esto, es que cuando entras en esta sincronicidad, ella misma te va llevando y alineando con lo que tú quieres, es una mágica coherencia entre lo que haces y tus pensamientos. En este orden, aunque suene un poco extraño.
Con el temor de sonar un poco alada, o demasiado espiritual,-cosa que inevitablemente me ocurre con frecuencia- quiero compartir con vosotros mis sensaciones cuando visito la huerta que nos estamos montando en casa, es un pequeño proyecto junto con amigos, que nos va trayendo grandes satisfacciones, aun sin llegar a ver todavía algún fruto, ya su magia se expresa en cada planta que va creciendo, que va agradeciendo los cuidados que se le van dando.
Es magia pura, ver como de los más abstracto, agua, tierra, semillas, aire, sol, van emergiendo de la tierra, plantas hermosas que nos van a dar alimento y sustento, comida viva, si, viva cuando ves como crece la planta, aprecias su vitalidad, y te alimentas de ella. No dejo de admirarme cuando veo la evolución cada semana cuando me acerco a verla, es vida sin duda alguna.
Para las personas que hemos crecido en la ciudad y nos hemos desconectado –que digo desconectado, nunca hemos conectado-, los que consumimos alimentos del anaquel del supermercado, no tenemos idea de lo que ocurre en nuestro entorno, el recorrido que hace una semilla hasta llegar al vegetal que consumimos, nos parece magia. Ya me imagino algún hortelano que lea esto, y pensara que estamos un poco locos o exageramos, para ellos es de lo más habitual, lo que para nosotros no. O por lo menos hasta ahora.
Ya os iré contando cómo vamos, las cosas que vamos recogiendo, y las recetas que vamos a preparar para “Entre2Fuegos”. Os diré como esta generosa tierra nos va alimentando, y digo generosa porque sin ser manos expertas las que están trabajando, ella responde con tal generosidad que da gusto seguir, aunque solo sea por ver el milagro.
Os dejo este post que escribí hace ya algunos meses, pero me parece que viene a cuento.
