La Nutrición Integrativa (I parte)

 




Antropólogos, científicos, estudiosos ha dedicado tiempo y esfuerzo en el estudio de la alimentación humana. Objeto de pactos y conflictos, los comportamientos alimentarios marcan tanto las semejanzas como las diferencias étnicas y sociales, clasifican y jerarquizan a las personas y a los grupos, expresan formas de concebir el mundo e incorporar un gran poder de evocación simbólica hasta el punto de evidenciar que, en efecto, somos lo que comemos (Contreras  H.J. y Gracia A.M. 2005).

Deborah Kesten y su esposo Larry Scherwitz en su intento de redescubrir los principios mas profundos de la alimentación, yendo mas allá de la visión puramente practica de la ciencia moderna, han recuperando de entre de las diferentes culturas y civilizaciones mas antiguas, las motivaciones y principios que prevalecían en sus conocimientos sobre los alimentos y la nutrición, elementos que fueron surgiendo a través de los tiempos; debieron pasar muchos años mediados por situaciones diversas, ensayos, experiencias, vivencias, incluso errores fatales cargados de mucho instinto de supervivencia para que la especie humana llegara hasta aquí, acumulando abundancia de conocimientos empíricos y valiosos que en muchas ocasiones han sido olvidados o desplazados por los avances científicos, pero seguramente con una intrínseca conexión con la naturaleza misma del hombre, ya que de ella surgió, por la misma necesidad de conectarse este con su entorno, convivir y sobrevivir con el, mágica simbiosis.

Hoy en día nos estamos dando cuenta que hemos generado una brecha abierta entre la civilización, el llamado progreso con las nuevas tecnologías, y nuestra esencia ancestral, nos tratamos casi como máquinas o depósitos orgánicos que intercambian combustibles y/o nutrientes, consumimos y eliminamos, en el gran sentido de la palabra, somos masas consumidoras, potenciales compradores para la industria y generadores de residuos para el sistema.

La nutrición integrativa es un enfoque holístico de los alimentos y la nutrición, específicamente acerca del poder sanador de los estos, no solo física, también emocional, espiritual y socialmente. En definitiva la nutrición integrativa no solo trata de que comer, sino también del cómo comer par alcanzar una salud óptima (Kesten D. 2001).

Dieta consciente


 
La génesis de la ciencia de la nutrición occidental comienza en el siglo 18 en Francia cuando el químico  Antonie-Laurent Lavoisier definió las calorías, y continuó un siglo después cuando el científico alemán Justus Von Leibig aisló las proteínas, grasas, hidratos de carbono y minerales de los alimentos. Antes de estos descubrimientos, las principales religiones (Judaísmo, Cristianismo, Islamismo, Budismo, Hinduismo entre otras) además de la tradición cultural (nutrición yogic, el ritual del te japonés, el ayuno en la búsqueda interior, etc.) proporcionó las creencias y guías de alimentación a la humanidad durante milenios (Editores Explore, 2005).

 
La ciencia moderna ha invertido tiempo y recursos en el desarrollo de técnicas y procedimientos, métodos y recetas que contribuyan a mejorar, o en todo caso aportar conocimientos en relación al potencial de los nutrientes para contribuir a la salud, cuanto y como consumimos los alimentos son las principales orientaciones que nos señalan las guías de alimentación mas actualizadas, no obstante, hemos pasado por alto, el ingrediente fundamental que nos conecta con la esencia de nuestra naturaleza mas pura, el poder mágico, sanador, intangible de reconocer en el alimento algo mas que nutrientes, ver mas allá de su aporte nutricional, reconocer como la naturaleza expresa todo su potencial y riqueza en cada producto que nos regala, su poder sanador y nuestra conexión con ella.

 
La conexión entre alimentación y algunas ceremonias es estrecha a través del tiempo y las culturas, y va desde la obtención de las materias primas como la caza y la agricultura hasta las practicas religiosas entorno a su preparación y consumo. Cosa que no es de extrañar, dada nuestra dependencia en la nutrición para la vida.

 
Desde la perspectiva histórico, cultural y científica esta estrecha relación puede estar asociada a rituales beneficioso para la salud, como se ha demostrado en algunas investigaciones que asocian un mayor numero de comidas a la semana realizadas en familia, con un mejor estado de salud y bienestar entre los niños y adolescentes de los grupos familiares estudiados (Silverman H. 2006).

 
Scherwitz y Kesten desarrollaron un modelo de nutrición integrativa asociando los aspectos perennes en la alimentación y nutrición cuando observaron como la gente y las culturas del mundo han considerado, preparado, saboreado y compartido los alimentos. Estos aspectos son el social, psicológico, espiritual y biológico. Entendiendo que el aspecto social es cuando conectamos con los demás a través de los alimentos. El aspecto psicológico envuelve los sentimientos antes, durante y después de comer. El aspecto espiritual incluye llevar de un momento a otro la conciencia sin prejuicios a todos los aspectos de la comida, apreciando el origen y la preparación, y creando una unión con lo divino a través del alimento. Y finalmente, en un área que es una expansión del enfoque convencional de la ciencia de la nutrición, el aspecto biológico, que incluye el consumo de alimentos frescos, integrales o en su estado mas natural, lo mas frecuente que sea posible.

 
Los tres ingredientes de la nutrición espiritual son conciencia plena, gratitud y amor. Por ejemplo, comer de forma consciente –uno de los caminos para la iluminación según la filosofía budista- y estando en el presente durante el momento en que se come afecta la forma como son metabolizados los alimentos, y en definitiva la salud y el bienestar. Donald Morse, MD, de la Universidad de Temple, demostró esto cuando tomo un grupo de chicas estudiantes y las invitó a meditar 5 minutos antes de consumir un refrigerio a base de carbohidratos; como resultado, estas produjeron 22% más alfa-amilasa, además de otras enzimas que ayudan a metabolizar los carbohidratos y vitaminas del complejo B (Editores Explore, 2005).

 
Enfocar la alimentación como sustento espiritual es un concepto universal que ha viajado a través de los siglos, hoy en día sigue vigente en las diferentes culturas y religiones por todo el mundo.

 
En la cocina energética una alimentación consciente se basa en alimentos naturales, principalmente recolectados en el campo, fruto de nuestra madre tierra. Alimentos primarios, sin procesar, los mismos que nuestros antepasados consumieron durante miles de años: cereales integrales, legumbres, proteínas vegetales, variedad de verduras, frutas, semillas, frutos secos, algas y pescado. Hablamos de semillas de vida y energía que aún contiene toda la memoria universal de la vida (Bradford M. 2011).

 
Pero aquí trataremos algo más que la sabiduría de tradiciones que hablan de la divina esencia de los alimentos. Aquí haremos una exploración donde se cruzan la sabiduría ancestral y el mundo de la ciencia.

 
Continuara...
 
Referencias bibliograficas
  • Bradford M. (2011) La Alimentación y las Emociones. Barcelona, Editorial Océano, S.L.: 80-81.
  • Contreras H.J. y Gracia A.M. (2005) Capitulo 1 La Alimentación Humana: Un fenómeno Biocultural. En Alimentación y Cultura. 1era edición, Barcelona, Editorial Ariel S.A.: 24-27.
  • Kesten D. (2001) The Healing Secrets of Food. California, Editorial New World Library.  
  • Silverman H. (2006) Diet and Nutrition, Nutrition and Ceremony. Explore, Vol.2, No.1:60-61. 
  • The Editors of Explore (2005) Integrative Nutrition: Food´s Multidimensional Power to Heal. Explore, Vol.1, No.5.