Los alimentos integrales, una plétora de nutrientes que nos estamos perdiendo

Cada vez que nos alimentamos con alimentos refinados, nos estamos perdiendo de consumir una plétora de nutrientes de beneficios incalculables para la salud. Los alimentos integrales vienes a ser en nuestra dieta la fuente más importante de minerales, fitonutrientes, antioxidantes y fibra, en un equilibrio y armonía que solo la naturaleza conoce y nos puede ofrecer.

Hasta el siglo XIX los cereales y todos sus derivados, se consumían de forma integral, y por un hecho meramente práctico, asociado con el deterioro en el transporte de los granos de un sitio a otro, fue cuando la industria alimentaria decidió quitarles la cáscara y el germen a los cereales, para mejorar su conservación y manipulación, además de hacerlos más rentables.

No obstante, el valor añadido por la industria a los cereales refinados, hoy en día supera con creces nuestra capacidad de asimilación, y es cuando surgen las dietas bajas en carbohidratos (azúcares) para mejorar nuestra salud y bajar de peso. Sin mencionar que los alimentos a los que hacen referencia cuando se habla de azúcares que engordan (carbohidratos), son los cereales y harinas refinadas de las que abusamos hoy en día.

En un principio se pensó que la fibra de los alimentos era puramente favorecedora de las funciones del tracto digestivo. Hoy en día se estudia y se reconoce la aportación de nutrientes que conseguimos en los alimentos integrales de origen vegetal.

Las semillas integrales de trigo contienen docenas de minerales y micronutrientes si se cultiva en tierra fértil, además de fitonutrientes protectores de la inmunidad, así como vitaminas y aceites valiosos.

Mientras que el trigo es un alérgeno común, prácticamente nadie es alérgico al trigo germinado, el cual contiene la misma cantidad de minerales, y más vitaminas por gramo.

Dos de los minerales que se pierden en el refinamiento del trigo son:


Selenio: el trigo integral es una de las mejores fuentes alimenticias que contienen selenio, especialmente si se cultiva en tierras donde abunda. Hace más de 20 años que estudios demográficos ha dejado ver que el cáncer es más bajo en áreas donde la tierra es rica en selenio. Un estudio realizado sugiere que el selenio puede reducir el índice de muertes hasta en un 50%. Además, la deficiencia de selenio puede causar un desequilibrio en la glándula tiroides y en consecuencia, puede predisponer a la obesidad.

Magnesio: Este es deficiente en muchas personas que consumen alimentos refinados. Es importante señalar que los productos de origen animal no contienen abundancia de magnesio comparado con los de origen vegetal.

Después del trigo, el arroz es el que se usa más extensamente en la nutrición humana. El arroz integral contiene una abundancia de nutrientes, incluido el magnesio, que la gran mayoría se pierde al refinar el grano.

Estudios recientes, nos están dando a conocer el valor del arroz integral, donde se descubrió que su cubierta -el salvado de arroz-, tiene efectos asombrosos para bajar los niveles de azúcar en la sangre, además se cree que el salvado de arroz es una de las substancias más densas jamás estudiadas. Contiene más de 70 antioxidantes que nos protegen del daño celular y preservan la juventud.

El arroz integral se considera un alimento calmante y esta habilidad se debe a que contiene en abundancia vitaminas del complejo B y minerales traza.

Los minerales del trigo integral, los efectos que tiene el arroz integral en el control del azúcar en sangre, la plétora de fitonutrientes y antioxidantes representan solos unos cuantos ejemplos de los muchos otros beneficios que contienen los alimentos integrales – y que no recibimos cuando consumimos los alimentos refinados y altamente procesados-.

Cada grano entero, incluyendo mijo, quínoa, cebada, centeno, maíz, alforfón, amaranto, y demás, tienen minerales importantes, vitaminas y otros nutrientes en común así como, un conjunto único de nutrientes y propiedades asociadas con el restablecimiento de la salud.

El comer alimentos integrales, nos aporta además de toda su vitalidad, ya que son semillas de vida, integridad a nuestra vida, a nuestras acciones, coherencia para vivir en integridad con el mundo que nos rodea.