Enfocar la alimentación
como sustento espiritual es un concepto universal que ha viajado a través de
los siglos, hoy en día esta vigente en las diferentes culturas y religiones por
todo el mundo. Visitando las cocinas y ceremonias de varias culturas podemos
identificar que la relación espiritual con los alimentos es emergente.
Pero aquí trataremos algo
más que la sabiduría de tradiciones hablan de la divina esencia de los
alimentos. Aquí haremos una exploración donde se cruzan la sabiduría ancestral
y el mundo de la ciencia.
Técnicas de transformación:
Para entender las ideas de
la siguiente técnica que nos permita visualizar si existe una inadecuada
conducta alimentaria, el ingrediente más importante eres tu mismo, tus propios
pensamientos, sentimientos, ideas y tu propia voluntad para asumir y apreciar
el proceso de ser quien y que tu realmente eres, en relación a si tienes o no
una conducta alimentaria desacertada, comenzamos:
Identificar la conducta: tu quieres cambiar, la intención de decir (mas que
un deseo o una esperanza) tengo que hacer algo para cambiar esto. Por
identificar específicamente que es lo que tú quieres cambiar, tener claro tu
objetivo. Por ejemplo tu quieres dejar de comer mas de la cuenta (la conducta
que tu quieres cambiar) y ser una persona que solo come cuando tiene hambre, y
para cuando se siente satisfecho (tu intención, objetivo o propósito).
Escuchar tu voz interior: para identificar tus verdaderos sentimientos,
necesidades y que hay de tras de tus preocupación por tu alimentación. Es bueno
considerar la posibilidad de llevar un diario.
Cuando tú superas la
urgencia de comer o cuando no comes aunque sientas hambre – identificar y
escribir cuales son tus pensamientos, sentimientos o que haces cuando surge
esta sensación. Por ejemplo, cuando llegas a casa del trabajo y te encuentras
solo en casa, sientes que se agudiza. Si es así, pregúntate que sentimientos
afloran en ese momento. Ansiedad? Soledad? Depresión? Miedos? Tristeza?.
Pregúntate si ha ocurrido algo durante el día, o quizás no ha ocurrido nada
específico, pero tú estas ansioso por algo. Cualquier cosa que surja, escríbelo
para identificar tus pensamientos y emociones, así estarás escuchando tu voz
interior que te conduce a comer o no comer.
Escribir lo que escuchas
te ayudara a desarrollar una imagen mas precisa de las situaciones y
sentimientos que están asociados a tu conducta alimentaria.
Encargarse de hablar de nuevo: a tus voces internas, sentimientos y pensamientos.
Si estas te están empujando hacer algo que tu no quieres hacer más, si te están
haciendo sentir algo que no quieres sentir, si ellas te hablan de comparar tu
comida favorita en un momento inadecuado, si te dicen que eres débil y gordo,
lucha. Diles no es verdad con convicción, un claro y directo NO, puede ser
efectivo.
Actúa sobre lo que quieres cambiar: previendo el nuevo comportamiento. Inhala profundamente
para relajarte, cierra los ojos y visualízate llegando a casa luego de un día
de trabajo. Imagínate sintiéndote solo, escucha tu voz interior diciéndote que
comas o compres tu comida favorita para liberar tu soledad. Ahora es el momento
de responder a esa voz, decirle que ya no estas dispuesto a responder a ciegas
a estas ordenes, diciendo que tu ya no lo necesitas. Pero antes agradece a
estos sentimientos que han tratado de ayudarte todos estos años (protegiéndote
de tus sentimientos dolorosos). Ellos te dirán adiós, y déjalos que se marchen.
Otra forma de comenzar a
cambiar lo que quieres cambiar es imaginar que harías en lugar de comer: dar un
paseo al atardecer, llamar a un buen amigo, leer un libro, ver el cielo, o
escuchar la lluvia.
Amate a ti mismo: aprecia estar contigo mismo, sin escuchar estas voces destructivas. Cuando hablas a ti mismo
con cuidado y preocupación, más que con juicios o con ira, estas seleccionando
amarte. Decidir irte a caminar antes que comerte las galletas, parar de comer
porque tu cuerpo ha dicho que es suficiente, o ponerte a meditar en lugar de ir
a comprar un donut. En pocas palabras tu estas sintiendo placer de estar
contigo mismo, en lugar de darte el giro a la comida para evadirte.
Deseos de Carbohidratos
Recientes estudios arrojan
más luces en relación al consumo de carbohidratos y el estado de ánimo.
Investigadores de la universidad Rockefeller en Nueva York piensan que el deseo
de estos alimentos puede ser una forma en que la madre naturaleza informa a las
mujeres que deben comer para sentirse mejor.
Tal vez el deseo de azúcar
que experimentan algunas mujeres en la pubertad, premenstrual, durante el
embarazo, y después de la menopausia podría ser una respuesta producida por los
estrógenos en el cerebro y los niveles de azúcar en la sangre.
Las mujeres muestran ser
más sensibles a los cambios en la serotonina que los hombres, explica el Dr.
Chistie. “Cuando los niveles de estrógenos bajan y aumentan los niveles de
progesterona, los niveles de serotonina pueden caer. Nosotros postulamos que
esta caída es la razón de porque las mujeres desean carbohidratos durante
algunos momento del ciclo menstrual. Si los niveles de serotonina descienden,
reincrementa el apetito, particularmente de hidratos de carbono. Este mismo
mecanismo parece ocurrir durante la menopausia. “Cuando los vales de estrógenos
descienden”, a menudo se da un incremento del apetito, deseos de carbohidratos
y se reporta una ganancia de peso; que también podrían estar asociados a
cambios en los niveles de serotonina.
Estrategia Anti-Estrés
Aunque algunas mujeres
instintivamente eligen el chocolate para modificar su estado de ánimo, otras
estrategias nutricionales nos pueden ayudar para facilitar la liberación del
estrés y la tensión.
Investigadores del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos estudiaron el impacto emocional y
físico de una semana de estrés intenso en personas consumiendo una dieta adecuada,
encontraron que los valores sanguíneos y en los tejidos de ciertas vitaminas
descendieron hasta un 33%. Considerando esta disminución en el suministro de
nutrientes en una largo plazo, tendría como consecuencia el debilitamiento del
sistema inmune, disminuyendo la resistencia a las enfermedades durante la
temporada de frío, enfermedades cardiovasculares, asma y tal vez cáncer,
concluye Elizabeth Somer en su libro Alimentos y estado de ánimo (Food and
Mood). Por eso ella sugiere un consumo adecuado de vitaminas y minerales
especialmente vitales para nutrir el cuerpo bajo una situación de estrés
intenso, que incluyen magnesio, antioxidantes (especialmente vitamina C, E y
betacaroteno), y vitaminas del complejo B.
Es recomendable mantenerse alejado de los dos peores: cafeína (presente en el
chocolate, café, y colas) y el azúcar refinada. Ser racionales: En los momentos
en que necesitas tus reservas mentales, físicas y emocionales, el azúcar y la
cafeína pueden hacer descender tus niveles de azúcar en la sangre en picada,
corriendo el riesgo de dejar la química de tu cerebro en desorden.
Para aliviar el estrés,
lo mejor es evitar la cafeína y el alcohol, así como también los
alimentos ricos en grasas, azucares refinados, y los dulces o calorías vacías
(golosinas). En su lugar consumir alimentos ricos en fibras (frutas, vegetales,
cereales integrales, legumbres, etc). Y si el estrés te supera y te produce
perdida del apetito, comer pequeñas cantidades durante todo el día.
El tirón de la Cafeína
La cafeína es usada por
millones de personas para sentirse mejor y pasar el día. Esta es una droga
psicoactiva que puede levantar el ánimo y ponerte tu mente en estado de alerta.
Un exceso podría disparar la ansiedad, ataques de pánico y el insomnio; La
disminución brusca de la cafeína para los adictos es probable que conduzca a un
síndrome de abstinencia, que van desde dolores de cabeza, a la depresión y la
fatiga.
Un exhaustivo escrutinio
de los científicos a esta popular droga ha revelado que la cafeína es una
sustancia paradójica.
Cuanta cafeína es
suficiente para producir un estado de alerta mental? Tan poco como una o dos
tazas de café (100-200mg) diaria o una pequeña cantidad de cola carbonatada
(32mg), pueden mejorar el desempeño mental y el estado de alerta, reducir la
fatiga y actuar como un antídoto natural al bajón experimentado por muchos de
nosotros después de comer.
Cuando se trata de la
cafeína, más no necesariamente es mejor, abusar de la cafeína produce ansiedad,
inquietud, entre otros síntomas, dolores de cabe a
alteración del ritmo cardíaco, elevación de la presión sanguínea y el
colesterol, deficiencia de ciertos nutrientes, y disminución de la
concentración.
Para quienes tiene una
adicción a la cafeína su desintoxicación puede ser desagradable. Como con todas
las recomendaciones nutricionales, la moderación es la clave del asunto.
Kesten D. (2007) Feeding the Body Nourshing the Soul. Vermont , Editorial White River Press.