Comer con los ojos II

De regreso a las actividades… Comenzamos con un post relacionado con la salud visual, aprovechando la invitación a un pequeño taller de cocina que hicimos el 30 de Septiembre en el CIVICAN – Pamplona /Navarra con la Asociación Retina Navarra.

Es bien conocido el papel de ciertos alimentos en relación con la visión y la salud ocular. En el papiro de Ebers, mil quinientos años antes de Cristo, se describe la utilización del hígado en el tratamiento de la hemeralopía (disminución de la visión durante el día o cuando hay luz muy intensa), síntoma precoz de la carencia de vitamina A.

Entre los nutrientes y otros componentes de los alimentos que se encuentran en el tejido ocular, destacan los carotenoides -luteína y zeaxantina-. Las vitaminas E y C, y algunos ácidos grasos poliinsaturados. Compuestos que tienen papeles complejos e interrelacionados en el ojo.

La retina es muy sensible al estrés oxidativo, ya que contiene una gran cantidad de ácidos grasos poliinsaturados y es una zona con una elevada exposición a la luz, además hay una gran actividad metabólica por su elevada vascularización.

Ambos pigmentos carotenoides (luteína y zeaxantina) se localizan en la mácula, la parte central de la retina que nos permite tener una visión aguda. Estas sustancias tienen como función principal en el ojo, actuar como antioxidantes evitando la formación de radicales libres que puedan dañar los tejidos oculares.

La luteína es un pigmento vegetal que, junto con el beta-caroteno, es uno de los carotenoides más ampliamente distribuido en frutas y hortalizas que, consideradas como parte de una dieta variada, aportan el 95% de los carotenoides que ingerimos. La luteína y su isómero estructural, zeaxantina son derivados del alfa-caroteno y beta-caroteno que no tienen actividad de vitamina A (o que no la sintetizan).

Estudios realizados dan como resultado que un abundante consumo de estos pigmentos (caroteniodes) tienen un papel beneficioso sobre la función visual, asegurando una adecuada disponibilidad en los tejidos (especialmente en la mácula).

Para conseguir un aumento en el aporte alimentario de luteína y zeaxantina habría que insistir en las recomendaciones para una alimentación sana y equilibrada, rica en frutas y hortalizas incluyendo las de color tanto verde como amarillo. Dado que los efectos de la dieta son acumulativos, además nos beneficiaríamos de otros fitoquímicos con potenciales efectos positivos en la prevención y tratamiento de las enfermedades. Especialmente si hay un riesgo elevado, como predisposición genética o alguna enfermedad ocular que comprometa la función visual (Ej. degeneración macular asociada a la edad, cataratas, retinitis pigmentosa, etc.).

Contenido de Luteína y zeaxantina en algunos alimentos


(mg por cada 100 gr de alimento)

Espinaca 12 mg

Acelga 11 mg

Guisantes 2,5 mg

Lechuga 2 mg

Puerro 2 mg

Calabacín 2 mg

Brócoli 1,5 mg

Calabaza 1,5 mg

Maíz 1,3 mg

Un consumo de seis porciones diarias de frutas y hortalizas nos aportan 5-6 mg de carotenoides recomendados, que incluyen luteína y zeaxantina.

No obstante, un consumo poco frecuente de frutas y vegetales podría causar insuficiente aporte de luteína y zeaxantina. Además, fumar y tomar alcohol también disminuiría los niveles de carotenoides en sangre.

Os dejo el enlace con algunas recetas que hicimos en el taller, pensada para a incrementar no solo el consumo de carotenos, si no también algunos ácidos grasos poliinsaturados, además de vitaminas.
Recetas "Comer con los Ojos II"

Enlaces a los post anteriores de salud visual:

Comer con los ojos

Para Verte Mejor