Para esta Navidad...

Vienen días para salir de la rutina, días de emociones y reencuentros. Si algo caracteriza a la navidad es su emotividad, aun cuando no seamos personas especialmente emocionales.

Debemos estar alerta con nuestro cuerpo, escuchar y descodificar sus mensajes; los estados caóticos nos conducen a una alimentación caótica y viceversa; alerta con los excesos.

Practica la moderación, una de las claves de la alimentación saludable, y nunca mejor  dicho que en esta época.

Si eres tu el anfitrión o la persona que define el menú de fiestas, te recomiendo hagas un menú estructurado, como le digo yo en casa. Eso quiere decir, que es una menú pensado con criterio y equilibrio, lo contrario a un menú de picoteo, donde caben en la mesa cualquier cantidad de alimentos y combinaciones que nos entran por la vista, comemos sin parar y no nos damos cuenta hasta el final de la comida de la cantidad que hemos sido capaces de engullir, y lo digo así, porque entre la conversación, el alcohol (que adormece las papilas gustativas) no somos conscientes de nuestro comportamiento.

Un menú pensado o estructurado, nos va a dar la satisfacción de agradar al paladar con un equilibrio de sabores, texturas, combinaciones y sobre todo, focalizarnos en la calidad, más que en la cantidad.

Si vamos a pensar en una cena, debemos tomar en cuenta lo que haremos luego, si nos vamos a bailar o nos quedamos en la mesa sentados hasta la hora de ir a la cama. Y si es una comida, casi igual, estaremos más horas despiertos, pero probablemente sentados, o a lo mejor nos damos un paseo, que es lo más recomendable.

En un menú estructurado, no deberían protagonizar los alimentos proteicos los dos platos, no olvidemos que los postres también son contundentes y aportan en algunos casos, muchas proteínas.

¿Porque hago más énfasis en las proteínas? En la sociedad en que vivimos, los platos de los días de fiesta,  el ingrediente principal son las carnes (de todo tipo, incluso pescados y mariscos).

Las proteínas no solo son más difíciles de digerir, por la complejidad de sus moléculas y las formas de cocción, además aportan a nuestro cuerpo  estados de excitación y cambios bruscos de humor. Nos aportan aminoácidos, y estos tienen funciones muy específicas a nivel celular y neuronal. Nos podemos sentir  más tensos y con menos claridad mental.

Luego los azucares refinados, que abundan en la mesa.  Salsas dulces, glaseados, postres en abundancia. Estos nos aportan una sensación inmediata de euforia y luego nos vemos derrotados en un rincón del salón, medio dormidos, sin muchas ganas de hablar y pidiendo un café o una copa para continuar la jornada.

Algunos lineamientos para un menú estructurado (está pensado con sentido común, no me dejo llevar por ninguna tendencia):

  •  Primeros, deben estar presenten en mayor proporción los vegetales y alguna fruta. Las carnes (jamón, embutidos, etc), mariscos, pescados, huevos, etc. deben ser un ingrediente más y no el protagonista de la receta. Los caldos, sopas, purés, son  buena opción para la cena.
  • Un segundo, si el primero es contundente, una carne blanca o pescado, preparado de forma ligera,  con pocas grasas, y pocos ingredientes, nos ayuda a equilibrar los sabores y las digestiones. Un pescado o pavo, de excelente calidad con una guarnición de vegetales, son una buena opción.
  •  Las cantidades, suma todo lo que hay en la mesa, y piensa que lo vas a meter en un solo espacio. Es frecuente decir, pero somos muchos, si, pero no todos nos vamos a comer todo, algunos simplemente lo vamos a probar y otros a degustar. Piensa que la comida pesada recalentada, es doblemente indigesta (las sobras).
  • Postres, si haces una comida copiosa, no es recomendable una bebida o postre muy frío (esto altera la temperatura del estomago y las grasas se digieren peor). Plantéate un postre ligero o en raciones moderadas, solo endulzar el paladar. Si eres una estrella de la repostería o quieres resaltar el postre especial de la abuela y lo quieres disfrutar al máximo,  el resto de la comida le debe dejar sitio y ganas de comerlo.
  • Las infusiones son un buen aliado luego de una comida de fiestas, las hay digestivas (anís, hinojo), relajantes (mejorana, melisa) y tónicas (te verde o poleo menta).  Os recomiendo tener en casa esta tisana digestiva que puede ser de gran ayuda.  Una cucharada de flores de manzanilla, otra de boldo triturado y media docena de estrellas ligeramente machacadas de anís estrellado. Se deja hervir durante un minuto y reposar  diez. Tomar tibia y la puedes endulzar con miel. Tomar cada hora si hace falta.

Disfruta de la navidad al máximo, relájate y déjate llevar por los valores positivos que entraña,  más allá del plan comercial que nos proponen los medios.


Gracias por estar  allí,  FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO 2015…

Las 8 principales causas de los antojos

¿Cómo es posible que en varias ocasiones no seamos capaces de frenar el impulso de comer algunos alimentos? Éstos nos van rondando por la mente a modo de antojo, aun sabiendo que pueden ser perjudiciales para la salud, incluso en algunos casos seguir abusando de ellos.

La nutrición integrativa con una visión holística del hombre y la ciencia de la nutrición, me han dado algunas respuestas a estas preguntas. Los alimentos y el estado de ánimo es un campo relativamente nuevo para la nutrición, y aun debemos estar por conocer mucho más.

Los antojos o impulsos por comer un alimento en particular, vienen a ser como señales S.O.S que envía constantemente nuestro cuerpo, en un intento de conseguir saciar alguna carencia, que puede ser el resultado de un desequilibrio alimentario, o la falta de un nutriente, o incluso, algún aspecto afectivo-emocional que nos afecta, y queremos llenar con alimentos, dándole a éstos un poder que no tienen.

Según Joshua Rosenthal, en su libro Nutrición Integrativa, alimenta tu salud y felicidad; puntualiza 8 principales causas de los antojos, que seguramente te van hacer reflexionar y en algunos casos te veras reflejado:
  1. Deshidratación. El cuerpo no envía el mensaje de que está sediento hasta que estás al borde de la deshidratación. La deshidratación ocurre como una pequeña sensación de hambre, así que lo primero que debes hacer cuando tengas un extraño antojo es beber un vaso de agua.
  2. Estilo de vida. Estar insatisfecho con una relación personal, tener una rutina de ejercicios inadecuada (mucho, muy poco o incorrecta), estar aburrido, estresado, en un trabajo poco inspirador o no tener una práctica espiritual; todo esto puede contribuir a comer de forma emocional. El acto de comer puede ser utilizado como sustituto del entretenimiento o para llenar el vacío.
  3. Desequilibrio. Yin/Yang Algunos alimentos poseen más cualidades yin (expansivas) mientras que otros poseen más cualidades yang (contractivas). Comer alimentos con características en extremo yin o yang, puede causar antojos con el fin de restablecer el equilibrio. Por ejemplo, seguir una dieta muy alta en azúcares (Yin) puede causar ansia por comer carne (Yang).
  4. Aflora nuestro interior. Con frecuencia, los antojos vienen de comidas que probamos recientemente, alimentos que comían nuestros ancestros o alimentos que comíamos durante la infancia. Una manera inteligente de satisfacer estas ganas es comer una versión más saludable de estos alimentos de nuestros ancestros o de nuestra infancia.
  5. La temporada. Con frecuencia, nuestro cuerpo siente necesidad de ciertos alimentos para balancear los elementos de acuerdo a la estación. En primavera, la gente siente ganas de comer alimentos que lo desintoxiquen, como verduras o cítricos. En verano, a las personas se les antojan alimentos que los refresquen como frutas, alimentos crudos y helados. En otoño, buscan alimentos que los conecten más a la tierra como calabaza, cebollas y nueces. En el invierno, muchos desean comidas calientes y alimentos que produzcan calor como carne, aceites y grasas. Otros antojos, como carne de pavo, ponches de huevo y dulces, también pueden ser asociados con temporada de fiestas.
  6. Deficiencia de nutrientes. Si el cuerpo está recibiendo una comida inadecuada de nutrientes, producirá antojos extraños. Por ejemplo: niveles inadecuados de minerales producen antojos por comer sal. Una nutrición deficiente produce deseos por formas de energía no nutritivas como cafeína.
  7. Hormonas. Cuando las mujeres están en períodos de menstruación, embarazo o menopausia, en los que los niveles de testosterona y estrógeno fluctúan, podrían desear alimentos poco usuales.
  8. Involución. Cuando las cosas marchan extremadamente bien, a veces puede ocurrir un síndrome de auto-sabotaje, durante el cual se pueden sentir antojos por alimentos que nos pongan fuera de balance. Luego tendremos antojos de alimentos que nos devuelvan el equilibrio. Esto ocurre a menudo a partir de una baja azúcar en la sangre que puede resultar en cambios bruscos de ánimo.
Siempre que tu cuerpo dese algo, detente un momento y pregúntate ¿Qué es lo que está pasando aquí realmente? Cada vez que te veas a ti mismo tomando de manera impulsiva algo que sabes que no es bueno para ti, tómate un momento para calmarte, respira y evalúa la situación. Considera lo que tu cuerpo está pidiendo en realidad. Comienza con el sabor.

Seis beneficios del ayuno intermitente

Por formación profesional,  los temas que trato en el blog o que forman parte de mi trabajo diario me gusta mantenerme al día, así que de vez en cuando me dedico hacer revisiones de los últimos artículos científicos  dándome un paseo por PubMed, y esto me ayuda  a tener una visión más clara de lo que está en el tapete y como van las últimas tendencia de las investigación sobre el tema.

Es  una manera de confirmar o desmontar cualquier duda en relación a los temas de alimentación, nutrición y salud, que como bien sabemos están muy influenciadas por modas, mitos y creencias, algunas veces sin fundamento.

Como era de esperar, el tema del ayuno intermitente está en plena vigencia, ya que muestra ser una buena alternativa, para el control de peso y una serie de enfermedades metabólicas como la resistencia a la insulina (diabetes), hiperlipidemias (colesterol y triglicéridos elevados), enfermedades cardiovasculares (hipertensión, etc.), entre otras enfermedades degenerativas.

El ayuno intermitente estudiado por primera vez hace más de 65 años, no deja indiferente a los investigadores, y demuestra en estudios desarrollados en humanos, que los beneficios  reportados anteriormente en animales de laboratorio, se hacen visibles también en las personas que lo practican.

Entre los beneficios más destacados están:


  •  Favorece la pérdida de peso

  •  Ha demostrado ser eficiente en la reducción de la grasa abdominal (grasa visceral), y en el hígado graso.

  •  Al darle un descanso al páncreas mejora la sensibilidad a la insulina. Como consecuencia mejoran los niveles de glucosa en sangre, lo que reducirá el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo.

  •  Reduce el IGF-1 (Factor de crecimiento insulínico tipo 1), lo que significa que reduces el riesgo de padecer una serie de enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer.

  • Disminuye  la formación de tumores de mama.

  • Experimentas una mejora general de tu estado de ánimo y sensación de bienestar. Esto puede ser a consecuencia de que tu cerebro aumenta la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), lo que probablemente repercutirá en un mejor estado de ánimo que hará el ayuno más llevadero.

En lo que si hago hincapié, es la importancia de acompañar el ayuno intermitente con una alimentación equilibrada y lo más sana posible, no se ven los mismos beneficios si luego de ayunar uno o dos días a la semana, el resto te das un atracón de alimentos ricos en grasa, azucares refinados y poco saludables.

La idea es, 2 días de ayuno o restricción calórica de aproximadamente la cuarta parte de tu consumo calórico de referencia para la edad, actividad física, etc. Y el resto una alimentación sana y equilibrada.

Por mi  experiencia y la de otras las personas que lo practican, el ayuno intermitente va mas allá de un simple régimen, nos hace más sensible a la sensaciones de hambre, nos ayuda a diferenciar el hambre, de las ganas de comer. Es un reto personal que implica un compromiso con tu salud, y cada día de ayuno superado es una meta alcanzada.

Aprendes a manejar el hambre y hacer consciencia de que no mueres por comer menos o dejar de comer, te haces consciente de la cantidad de comida que sueles comer sin hambre. Y no es cierto que luego de unos días de ayuno te metas un atracón, aprendes a comer menos y estar más atento de lo que comes.

Referencias

Baronsky AR; Hoddy KK; Unterman TG; Varaday KA. (2014) Intermittent fasting vs daily calorie restriction for type 2 diabetes prevention: a review of human findings.  Translational Research. Vol.164, Issue 4, 302-311.

Harvie M. and Howell A. (2012) Energy restriction and prevention of breast cancer. Proceeding of the Nutrition Society. 71, 263-275.

Mosley M. and Spencer M. (2013) La dieta de los 2 días. Ed. Urano. Barcelona, España.

Sakaznik-Wikiel ME. And Polotsky AJ. (2014) The health pros and cons of continuos versus intermittent calorie restriction: More questions than answers. Mauritas. 79, 275-278.

Sanz P. (2007) Ayuno terapéutico. Prensas Universitarias de Zaragoza. Zaragoza, España.

¿Porque comer alimentos locales, ecológicos y de temporada?

Desde hace un tiempo en la búsqueda de comer más sano, he comenzado a consumir alimentos ecológicos en la medida que mis posibilidades económicas me lo han permitido.
Como dicen, el que busca encuentra, llegué a un grupo de consumo que funciona en la localidad donde resido (Estella, Navarra). Semanalmente acudimos a comprar la cesta compuesta por alimentos de temporada directamente al productor, hortalizas que han sido cosechadas a lo sumo un día antes de llegar a nuestras manos.

Nos fuimos metiendo en el tema acudiendo a visitas guiadas de granjas y cultivos que abastecen nuestra cesta semanal. Menuda sorpresa, grata y reconfortante el saber que estas personas son gente joven, que generación tras generación han desarrollado un oficio que vieron desde siempre en sus hogares, y ahora no solo lo han heredado, además, lo han actualizado, pero actualizado dentro del marco de un buen hacer, incorporando a esta ancestral actividad de sus progenitores  la actualidad de los conocimientos que les han permitido reforzar las tareas bien hechas, no dispuestos a cambiar en función de la modernización, especialmente las practicas respetuosas con la naturaleza, esta modernidad que desplaza el papel protagónico de los proceso naturales  por actividades monitoreadas y excesivamente controladas por la química artificial para prevenir o atender los percances que pudieran venir. Cuando sencillamente favoreciendo los procesos de la naturaleza que ya tiene previsto sus propios mecanismos sin la excesiva intervención del hombre, más que con un poco de sentido común, honestidad y ganas de hacer las cosas bien, logran una producción excelente, además de gratificante.

Esta experiencia me ha ampliado la visión de las cosas, y he querido profundizar en él.

¿Porque comer alimentos locales, ecológicos y de temporada?

En esta puesta en marcha, me encuentro con una publicación que hace referencia a un movimiento llamado Slow Food, que persigue precisamente eso, el reencuentro con las tradiciones locales, particularmente las relacionadas con la alimentación, la soberanía alimentaria de los pueblos, entre otras cosas.

Carlos Petrini, el fundador de Slow Food Italia, dice algo que me ha gustado mucho y lo comparto:  “volver al campo no como agricultores, sino como emprendedores agrícolas. No es un retorno al pasado. Hay que unir la ciencia y la tecnología con las tradiciones antiguas”. “Si un sistema no es capaz de solucionar los problemas que nacen en su seno, o se transforma o se desintegra”. Entre otros comentarios a mi criterio muy acertados dice: “Debemos liberarnos del pensamiento hegemónico y crecer en energía verde, economía solidaria y agricultura ecológica y decrecer en contaminación, tráfico y consumismo”.

Cuando estaba leyendo esto, no paraba de recordar a la gente que he conocido en estas visitas, reforzando mi convicción de consumir alimentos locales y ecológicos.

No obstante, por deformación o formación profesional, me interesaba mucho todo lo relacionado con los alimentos y su repercusión en la salud. 

Cuando nos ponemos a analizar los beneficios asociados a la cantidad de vitaminas y algunos nutrientes en comparación de los alimentos ecológicos y los de cultivo convencional, no hay uniformidad de criterios, las publicación no puede afirmar de forma categórica que unos tengan mas nutrientes que otros, y lo más probable es que, algunos minerales, vitaminas y oligoelementos ven alteradas sus concentraciones por la calidad de las tierras, madurez del alimento, tiempo de almacenamiento, etc. Aun así, por experiencia nos encontramos que si hay una variación en los sabores y cantidad de liquido acumulado en el fruto.

Lo que si ha llamado poderosamente la atención es la concentración de sustancias fitoprotectoras y bioflavonoides en las frutas y verduras de cultivo ecológico.

Las plantas que sufren estrés ambiental y son atacadas por virus, parásitos, hongos o contaminantes químicos presentes en el aire, son más saludables que las que crecen protegidas en un invernadero, y tiene que ver con el hecho que los seres humanos compartimos  con el resto de plantas y animales, hormonas, genes y muchos procesos biológicos; por lo que es fácil entender que las sustancias antioxidantes, antimutágenos, bioflavonoides, vitaminas y demás sustancias fitoprotectoras que sintetizan las plantas en un ambiente determinado resultan igual de efectivas protegiéndolas a ellas que protegiéndonos a nosotros de las agresiones del entorno. Por lo que comer alimentos ecológicos que se han desarrollado expuestas a las mismas agresiones ambientales que nosotros, es la mejor vacuna, con efectos preventivos y paliativos, ya que reforzaran nuestro sistema inmune, aportándonos sustancias antioxidantes y regeneradoras, vitales para gozar de buena salud.

Todo son ventajas al consumir alimentos locales, ecológicos y de temporada:

Nos mantiene en sintonía con la tierra, sus elementos y los ciclos de la naturaleza.

Son más económicos y potencialmente más limpios, ya que se requieren menos químicos para transportar y almacenar los alimentos.

Los alimentos de cada estación nos aportan los nutrientes necesarios para enfrentar el clima, estableciendo un equilibrio con nuestro entorno.

Los alimentos locales, que se encuentran más cerca de su lugar de cultivo nos proporcionan toda su vitalidad y frescura, además nos aportaran más nutrientes por caloría consumida.

Esto es un ganar – ganar, el consumidor en salud, y la región en desarrollo sostenible. Un negocio redondo.

Referencias:

Fraile Oliver.A.D. Terra Madre. Biodiversidad de sabores. En revista Integral No.375. MC ediciones. Esapaña.

Bueno M. Los huertos, una buena fuente de nutrientes y salud. En revista Integral No.377. MC ediciones. España.


Haas E.M. (2006) The Components of a Healthy Diet. En Staying Healthy with Nutrition. 21 Edition. Celestial Arts Press. Berkeley, California.

Dieta Antiinflamatoria


Cuando tenemos una enfermedad que cursa con inflamación podemos favorecer la recuperación con una dieta adecuada, si sufrimos un traumatismo (accidente, golpe, torceduras, etc.), una intervención quirúrgica, las personas que padecen enfermedades degenerativas como artrosis, o cualquier otra patología que curse con dolor inespecífico como la fibromialgia, se verán beneficiados con una dieta antiinflamatoria.


La inflamación es una de las vías naturales del organismo para protegerse y comprende muchas reacciones químicas en el organismo que ayudan a luchar contra infecciones, incrementan el flujo de sangre a lugares que necesitan curación o generan dolor para avisar de que algo está mal en el organismo.

Lamentablemente, como cualquier proceso en el organismo, es posible que esto tan bueno se produzca en exceso.

A menudo, las personas toman medicaciones que disminuyen la inflamación. Estos medicamentos pueden alterar las reacciones químicas en el organismo. Las investigaciones están demostrando cada vez más que existen otros factores que también las pueden alterar. Los factores sobre los que tenemos control, como nuestro nivel de estrés, la cantidad de ejercicio que practicamos y el tipo de alimento que ingerimos tienen influencia en la medida de la inflamación en nuestro organismo.

Es posible comer de forma que se reduzca la inflamación y, por consiguiente, el dolor y otros síntomas de enfermedad. Muchos estudios han demostrado que las personas que toman determinados tipos de alimentos tienen una menor probabilidad de sufrir estos problemas de salud. A continuación se presentan algunas directrices importantes para personas que quieren adoptar una dieta antiinflamatoria.


1: Sustitución de ácidos grasos saturados y trans por aceite de oliva y ácidos grasos omega- 3


Evitar grasas insanas. Las grasas trans y las grasas con un elevado contenido en ácidos grasos omega-6 causan inflamación. Estas grasas se encuentran en muchos productos animales y en cualquier alimento diseñado para una larga conservación. Las grasas monoinsaturadas, como el aceite de oliva, constituyen una mejor elección. Para reducir la inflamación se prestan especialmente las grasas omega-3, como el aceite de linaza o lino, las semillas de linaza o los frutos secos sin tostar.

2: Ingesta abundante de frutas y verduras

Comer frutas y verduras. Muchos estudios están demostrando que una dieta rica en frutas y verduras es buena para disminuir la inflamación. Cuantas más raciones comamos, tanto mejor. Un buen objetivo son de 8 a 10 raciones al día, especialmente mientras se supera la fase aguda. Lo podemos hacer incorporando a cada comida un primer plato de ensalada, una guarnición de verduras (vegetales) y hacer una merienda de zumos frescos recién hechos y/o un trozo de fruta.

3: Ingesta de fibra

Se ha demostrado que las dietas ricas en fibra reducen la inflamación.

Un buen objetivo es tomar alrededor de 30 g al día, siendo ideal una dieta de granos integrales, frutas y verduras. Si consumimos abundantes frutas y vegetales, acompañados con cereales integrales (pan, galletas, pasta, arroz, etc.) es muy fácil conseguir entre 20 y 30 g de fibra al día.

La siguiente lista muestra los alimentos que debemos comer o evitar para controlar la inflamación

Alimentos recomendados:

Ricos en grasas omega-3: Semillas de linaza o lino molidas (preferiblemente recién molidas) o aceite de linaza rico en lignina, Verduras de hojas verdes, Nueces, Alimentos ricos en antioxidantes Verduras amarillas, naranjas y rojos (pimientos, zanahorias).Verduras de hoja verde oscura (espinacas, lechuga romana). Cítricos, Té negro y té verde, Verduras de la familia Allium (cebollas, ajo, puerro). Alimentos ricos en fibra (cereales integrales). Especias que contienen compuestos antiinflamatorios: Jengibre, Romero, Cúrcuma, Orégano, Cayena, Clavo, Nuez moscada (incluso en infusión).

La Cúrcuma que es menos conocida, se puede incorporar al arroz integral, a las legumbres, a los guisos. Da una coloración amarilla y aporta muy poco sabor.

Alimentos no recomendados:

Ricos en grasas trans y omega-6. Carnes rojas, Productos lácteos, Aceites parcialmente hidrogenados (margarinas y grasas vegetales). Aceites de maíz, semilla de algodón, semilla de uva, cacahuetes, cártamo, soja y girasol. Alimentos de prolongados períodos de conservación (chips, Crackers). Alimentos ricos en carbohidratos simples (es decir, alimentos con una elevada carga glucémica; alimentos que provocan un rápido aumento de los niveles de insulina parecen provocar más inflamación), Panes o panecillos de harina blancas o refinadas, Bizcochos. Arroz instantáneo, Cereales de arroz y maíz

Alimentos que tienen mayor probabilidad de desencadenar reacciones de intolerancia (varían de una persona a otra); productos lácteos, Trigo, Huevos, Saborizantes y colorantes artificiales, edulcorantes (aspartame, sacarina).


Referencia:

P. Sanz. Postgrado Medicina Naturista, Universidad de Zaragoza, 2012.

Reglas básicas para comer bien


  • Comer un mínimo de cinco raciones de fruta o verdura al día. Esto se puede lograr teniendo en cuenta incorporar en cada comida un alimento vegetal,  alguna ensalada o guarnición de vegetales. Las frutas preferiblemente consumirlas fuera de las comidas, así se digieren mejor y hay un aprovechamiento mas eficiente de sus nutrientes (vitaminas, minerales,).


  • Elegir preferentemente las frutas y verduras de colores vivos, como pimientos rojos, las verduras de hojas más oscuras, las naranjas, las zanahorias o los melocotones. Son más ricas en clorofila y antioxidantes. Es bueno seguir la temporada de los alimentos, consumir en cada estación los alimentos que se cosechan, comer alimentos de temporada, como dicen los cocineros. La naturaleza con su sabiduría nos aporta los alimentos con los nutrientes mas idóneos al clima del momento, además estos van a requerir menos químicos en su cultivo y menos almacenamiento y transporte ya que son de la zona en que habitamos, sin contar que son mas económicos, todo son ventajas.

  • Elegir cereales integrales en vez de los cereales procesados y harinas blancas o refinadas. Esto es de especial mención ya que los cereales son alimentos de habitual consumo, y es importante saber que una harina refinada (blanca) no aporta los nutrientes que tanto se le atribuyen a los cereales, ya que la mayoría de las vitaminas y minerales se encuentran en el germen y no en el almidón que es la parte blanca que nos comemos. Las vitaminas de complejo B y los minerales están en su mayor proporción en el germen y la cáscara. Además la fibra que nos aporta favorecen al transito intestinas y a formar barreras o filtros que contribuyen a mejorar nuestro índice glicémico, además de manejar mejor el hambre y la saciedad.

  • Limitar el consumo de carbohidratos refinados (bollos, cereales azucarados para desayuno), refrescos industriales, los dulces y caramelos, y los aperitivos salados. Son lo que llamamos calorías vacías, no aportan mas que azúcar y grasas, cabe destacar grasas oxidadas implicadas en una amplia variedad de patologías degenerativas (cáncer, cardiovasculares, etc…).

  • Moderar el tamaño de las raciones en cada comida. Este punto es relevante, dada la gran variedad de percepciones asociadas a los tamaños o medidas habitúales en el hogar. Comer hasta sentirse satisfecho es la clave, ser conscientes de cuanto estamos comiendo, para eso es importante no hacer otra tarea cando se come, no llegar a la hora de la comida demasiado hambriento, completar el plato con una guarnición de vegetales, y una buena ensalada en el centro de la mesa.

  • Cocinar con aceites de buena calidad, a ser posible ecológicos, de oliva de primera presión en frío o con aceite de semillas (girasol, pepitas de uva). Cocinar a fuego suave, no dejar que las grasas alcancen temperaturas muy elevadas en la cocción y muy especialmente evitar las grasas hidrogenadas o trans (margarinas, mantecas vegetales). Presente en los productos de bollería industrial y otros alimentos preelaborados.

  • Limitar el consumo de grasas saturadas de origen animal, el colesterol presente en carnes y lácteos.

  • Incluir en la alimentación aguacates, frutos secos naturales  y semillas (s/sal, preferiblemente crudos). Son una buena fuente de ácidos grasos insaturados, minerales y vitaminas liposolubles (A y E), además de fibra.

 Referencias
J. Rosselló (2014) Superzumos curativos. Revista Integral. No. 416. MC Ediciones. España

Ayuno Intermitente… depurar y perder peso.

Para la naturaleza el comer y ayunar es algo habitual, son muchas  las especies que pasan su vida entre comer y no comer. El ayuno es la terapia mas antigua que existe, es aplicada desde tiempos inmemoriales por médicos en sus tratamientos de sanción, para algunos mas allá de la propia dolencia física, para conseguir estados mentales elevados con fines espirituales.

En este caso nos ocupa el efecto sanador del ayuno a través de su poder de desintoxicación corporal, además de aprovechar las reservas energéticas que tenemos almacenadas en forma de grasa que nos producen sobrepeso y obesidad.

Un individuo sano, tiene la capacidad de hacer pequeños recesos en su rutina de alimentación sin tener perjuicio alguno en su estado de salud, por el contrario, este receso es una oportunidad valiosa de eliminar residuos almacenados, además de conseguir un peso saludable.

Ayunar es provocar en el organismo una serie de reacciones mediante la supresión del aporte de comida sólida, lo que hace que se viva a costa de las propias reservas de calorías, desencadenándose por ello una revolución física y psíquica. Ayunar no es pasar hambre, ya que durante el ayuno desaparece el apetito. Existe una gran diferencia entre el ayuno y morirse de hambre o la inedia aguda, pues este estado no es vivir de las reservas, sino vivir sin reservas y por tanto se corre el peligro de morir.

En la actualidad, en nuestro medio ambiente existe una gran cantidad de productos tóxicos, muchos de ellos cuando son absorbidos por nuestro organismo, al ser sustancias lipófilicas (tienen afinidad por las grasas), son absorbidas  y almacenadas por el tejido graso para evitar una intoxicación. Pero, en situaciones de gasto de este tejido graso, esos tóxicos se ponen en circulación y pueden causar problemas. No obstante aquí radica el gran potencial de curación y desintoxicación que tiene el ayuno, eliminar una serie de toxinas que pueden estar en nuestro almacén de energía o tejido graso (Saz P. 2007).

Inmersos en el mundo en que vivimos soy consiente que el ayuno puede representar para muchos un verdadero reto, vivimos rodeados de comida y ocasiones para comer, la mayor parte del día la comida es el centro y ocasión para compartir, incluso para trabajar o tratar asuntos importantes, cosa poco recomendable, pero así es nuestra sociedad.

Así que, buscando alternativas y estudiando opciones que resulten llevaderas y además saludables, en el mas amplio sentido de la palabra, me encontré con el ayuno intermitente, y sin darme cuenta me veo practicándolo de manera inconsciente, si es verdad, hay días de la semana en que como mucho menos que los demás, por diferentes razones, entre otras porque me hace sentir mas ligera, especialmente si he cometido algún abuso en los días anteriores.

Si, el ayuno intermitente, consiste en escoger 2 días de la semana para hacer una reducción de tu consumo de calorías y los demás seguir tu alimentación habitual. Son una estupenda opción para conseguir perder peso y además depurar tu cuerpo sin que esto represente un sobre esfuerzo o un trastorno en tu rutina o estilo de vida.

No la he inventado, mi propuesta es el resultado de haber leído el libro La Dieta de los Dos días, del médico y divulgador científico Michael Mosley, además de refundir toda esta información con los conocimientos de nutrición que he acumulado en todos estos años. Solo que por mi experiencia le hago algunas observaciones y aprovecho esos dos días para aplicar terapia de choque, mejorar alguna dolencia con alimentos como cereales integrales, zumos de fruta/verdura e infusiones. Tengo algunas diferencias de criterio con el autor en relación a los alimentos que se deben consumir los días de ayuno, a mi criterio es una oportunidad de alimentar nuestro cuerpo con alimentos sanadores, antioxidantes, y mucho mas saludables. No obstante comparto su planteamiento lo veo plausible y además lo he comprobado y experimentado.

Luego de vivir la experiencia del ayuno, comienza un proceso de reflexión sobre los alimentos que consumimos, nuestras experiencias de hambre, aprendemos a conocer nuestro cuerpo, a diferenciar el hambre de las ganas de comer, a reconocer una sensación de ligereza muy agradable, cosa que resultan esclarecedora, además de representar una excelente lección, prestamos mas atención a lo que comemos y como nos sientan algunos alimentos.

Referencias
Saz P. (2007) Ayuno Terapéutico. Zaragoza, Editorial Prensas Universitarias de Zaragoza.

Mosley M. Spencer M. (2013) La Dieta de los Dos Días. Ediciones Urano.

Que es primero, la comida o el estado de ánimo?

Mientras que la mayoría de los científicos están de acuerdo en que algunos alimentos actúan como un interruptor al comerlos, no tienen claro las causas. Por que, no es fácil establecer una asociación directa entre nuestra química del cerebro y la respuesta física o emocional. Debido a que tenemos predisposiciones algunos alimentos basados en condiciones previas, que asociamos a sensaciones positivas. Por ejemplo, si tu madre te recompensaba con una galleta de chocolate cuando te iba bien en el colegio, tú podrías hacer lo mismo de adulto cada vez que finalizas una tarea difícil. O quizás escoger ciertos alimentos que no está relacionado con tu estado de ánimo, si no que tu cuerpo esta necesitando algún nutriente; esto puede significar que escojas una naranja para picar por su contenido de vitamina C, en este caso el estado de ánimo no afecta la elección de este alimento.
O tal vez los sentimientos son los que lo lleven a escoger los alimentos: un trozo de tarta puede aliviar el aburrimiento; el crujiente de una zanahoria o un apio debería aumentar el hambre. Debido a la compleja interacción de los alimentos en el estado de ánimo, los estudios en esta materia, aun están en sus inicios.

Diseñar estados de ánimo

Considerando las revelaciones actuales de la ciencia; que podríamos poner en práctica en nuestra vida cotidiana? El Dr. Cristie piensa que cada situación personal es diferente. Las personas sometidas a un día estresante pueden considerar que un snack a base de carbohidratos al final de la tarde le ayudaría a relajarse un poco. Sin embargo si tienes una reunión muy importante a las 4 de la tarde, puede tener mas sentido escoger un snack rico en proteínas, como un yogurt bajo en grasas, para conseguir un efecto de alerta mental.

La interacción entre la química cerebral de las personas y los alimentos es compleja: no todos los alimentos afectaran por igual a todos. Por ejemplo, mientras los alimentos ricos en carbohidratos producen un efecto calmante en la mayoría de las persona, estos muestran un efecto estimulante y energizante para quienes experimentan el síndrome premenstrual o la depresión de invierno (un desorden afectivo estacional). Tener en cuenta que si elegimos nuestros alimentos de manera conciente, estos tienen el potencial de recargar, sostener y nutrir nuestras emociones y estados de ánimo.

Con estas ideas en mente, hay algunas sugerencias del Dr. Carper que son detalladas en su libro Los alimentos, Su Medicina Milagrosa (Food-Your Miracle Medicine):

Potenciadores de energía. Alimentos ricos en proteínas: mariscos bajos en grasa, pechuga de pavo, leche desnatada, yogurt desnatado, café; alimentos que contiene boro, tales como frutas, nueces, legumbres, brócoli, manzanas, peras, melocotones y uvas.

Refuerzos para la memoria. Alimentos que contiene tiamina; germen de trigo, salvado, nueces, cereales fortificados, carne; alimentos que contienen riboflavina: almendras, cereales fortificados, leche, hígado; alimentos que contienen caroteno, hojas verdes, vegetales de hojas, naranja, etc; alimentos ricos en zinc, mariscos, legumbres, cereales integrales.

Mitigan la depresión (Blues Busters). Legumbres, pasta, vegetales, pan, galletas, dulces; alimentos que contienen ácido fólico: vegetales de hojas verdes, como espinacas, habas; alimentos que contienen selenio: nueces de brasil, atún enlatado, ostiones cocidos, semillas de girasol, trigo inflado, pez espada, almejas, ajos, chiles (que contienen capsaicina).

Alivian la Ansiedad. Los carbohidratos complejos, especialmente las patatas, pasta, panes, legumbres y cereales en general, cebolla; snacks: miel o azúcar, alimentos bajos en grasas y ricos en carbohidratos, tales como palomitas, tortitas de arroz, cereales para desayunos. Evitar la cafeína (café, te negro y verde, colas, chocolate), especialmente aquellos que no forman parte de tu dieta habitual- el consumo repentino de cafeína podría crearte mas nervios y ansiedad. Evitar el alcohol.

Reguladores de la memoria. Las grasas saturadas de origen animal. Manteca, mantequilla, carnes ricas en grasas, aves, pescados, quesos y productos lácteos; alcohol.

Al considerar que alimentos y cuando, lo principal es no hacer daño. Si alguna recomendación de un alimento en particular que podría ser apropiado para tu estado de ánimo entra en conflicto con tus preferencias, este alimento podría no ser apropiado para ti. Cuando valores las recomendaciones sobre los alimentos y el estado de ánimo, pregúntate a ti mismo si esto eso razonable para ti y si puedes incorporar algún alimento a tu dieta sin causar conflicto. Considera el beneficio potencial de ciertos alimentos con tus preferencias personales. La meta es llegar a ser consientes del sutil mensaje de los alimentos, hacer una selección de estos para conseguir mas control sobre nuestros estados de ánimo, y en el proceso aumentar nuestro bienestar espiritual.

Saboreando alimentos y sentimientos

En definitiva, los estudios sobre alimentos y estados de ánimo muestran como la mente y el cuerpo trabajan juntos. Siendo concientes de esta conexión los alimentos nos ofrecen una oportunidad de prestar atención y conectarnos con nuestra mente-cuerpo.
Visto desde esta perspectiva, cada alimento que comemos puede ser una oportunidad no solo de alimentar nuestro cuerpo, también para afinar nuestros estados de ánimo y emociones. De esta forma comenzar un camino hacia nosotros mismos, una herramienta de auto exploración.
  
Si hacemos una selección conciente de nuestros alimentos, estos tendrán el potencial de hacernos sentir su orden, armonía y bienestar. En definitiva, este potencial alimento a nuestras emociones y estados de ánimo, pueden acercarnos a nuestro ser espiritual. Si nos detenemos en considerar las  sensaciones y efectos de los alimentos podremos darnos cuenta de su capacidad de nutrirnos y transformarnos sutilmente.

Comer para mejorar las emociones

Algunas sugerencias para mejorar nuestras emociones desde la mañana a la noche:

-Desayuno: 4 onzas de jugo zumo de frutas; 1 taza de yogurt (lácteo desnatado); ½ taza de granola (cereal integral)

Cápsula de nutrientes: Bajo en grasas, rico en carbohidratos complejos, rico en proteínas, densidad de nutrientes.

Estrategia food-mood: Calmar y energizar.

-Media mañana: Cereal integral, galletas bajas en grasas, lácteo desnatado.

Cápsula de nutrientes: rico en proteínas, rico en carbohidratos.

Estrategia food-mood: Calmar y energizar.

-Comida de negocios: Ensalada hecha con vegetales de hojas verdes, aderezo bajo en grasa, 30 g de queso feta o fresco; 30 gramos de tófu; 1 trozo pequeño de pan integral.

Cápsula de nutrientes: Rico en proteínas, bajo en carbohidratos, bajo en grasas.

Estrategia food-mood: Mejorar el rendimiento y alerta mental.

-Recoger los niños en la guardería: Un trozo de pan o galleta integral.

Cápsula de nutrientes: Rico en carbohidratos, bajo en proteínas, bajo en grasas.

Estrategia food-mood: Aliviar el estrés temporal rápidamente.

-Cena: Sopa de legumbres, ensalada de hojas verdes, pan de maíz; arándanos.

Cápsula de nutrientes: Rico en carbohidratos, bajo en proteínas, bajo en grasas.

Estrategia food-mood: Calmar después de un día estresante.

-Antes de acostarse: Cereal integral.

Cápsula de nutrientes: Rico en carbohidratos.


Estrategia food-mood: Inducir la relajación y el sueño.

Kesten D. (2007) Feeding the Body Nourshing the Soul. Vermont, Editorial White River Press.

Dieta consciente



Enfocar la alimentación como sustento espiritual es un concepto universal que ha viajado a través de los siglos, hoy en día esta vigente en las diferentes culturas y religiones por todo el mundo. Visitando las cocinas y ceremonias de varias culturas podemos identificar que la relación espiritual con los alimentos es emergente.
Pero aquí trataremos algo más que la sabiduría de tradiciones hablan de la divina esencia de los alimentos. Aquí haremos una exploración donde se cruzan la sabiduría ancestral y el mundo de la ciencia.

Técnicas de transformación:

Para entender las ideas de la siguiente técnica que nos permita visualizar si existe una inadecuada conducta alimentaria, el ingrediente más importante eres tu mismo, tus propios pensamientos, sentimientos, ideas y tu propia voluntad para asumir y apreciar el proceso de ser quien y que tu realmente eres, en relación a si tienes o no una conducta alimentaria desacertada, comenzamos:

Identificar la conducta: tu quieres cambiar, la intención de decir (mas que un deseo o una esperanza) tengo que hacer algo para cambiar esto. Por identificar específicamente que es lo que tú quieres cambiar, tener claro tu objetivo. Por ejemplo tu quieres dejar de comer mas de la cuenta (la conducta que tu quieres cambiar) y ser una persona que solo come cuando tiene hambre, y para cuando se siente satisfecho (tu intención, objetivo o propósito).

Escuchar tu voz interior: para identificar tus verdaderos sentimientos, necesidades y que hay de tras de tus preocupación por tu alimentación. Es bueno considerar la posibilidad de llevar un diario.
Cuando tú superas la urgencia de comer o cuando no comes aunque sientas hambre – identificar y escribir cuales son tus pensamientos, sentimientos o que haces cuando surge esta sensación. Por ejemplo, cuando llegas a casa del trabajo y te encuentras solo en casa, sientes que se agudiza. Si es así, pregúntate que sentimientos afloran en ese momento. Ansiedad? Soledad? Depresión? Miedos? Tristeza?. Pregúntate si ha ocurrido algo durante el día, o quizás no ha ocurrido nada específico, pero tú estas ansioso por algo. Cualquier cosa que surja, escríbelo para identificar tus pensamientos y emociones, así estarás escuchando tu voz interior que te conduce a comer o no comer.
Escribir lo que escuchas te ayudara a desarrollar una imagen mas precisa de las situaciones y sentimientos que están asociados a tu conducta alimentaria.

Encargarse de hablar de nuevo: a tus voces internas, sentimientos y pensamientos. Si estas te están empujando hacer algo que tu no quieres hacer más, si te están haciendo sentir algo que no quieres sentir, si ellas te hablan de comparar tu comida favorita en un momento inadecuado, si te dicen que eres débil y gordo, lucha. Diles no es verdad con convicción, un claro y directo NO, puede ser efectivo.

Actúa sobre lo que quieres cambiar: previendo el nuevo comportamiento. Inhala profundamente para relajarte, cierra los ojos y visualízate llegando a casa luego de un día de trabajo. Imagínate sintiéndote solo, escucha tu voz interior diciéndote que comas o compres tu comida favorita para liberar tu soledad. Ahora es el momento de responder a esa voz, decirle que ya no estas dispuesto a responder a ciegas a estas ordenes, diciendo que tu ya no lo necesitas. Pero antes agradece a estos sentimientos que han tratado de ayudarte todos estos años (protegiéndote de tus sentimientos dolorosos). Ellos te dirán adiós, y déjalos que se marchen.
Otra forma de comenzar a cambiar lo que quieres cambiar es imaginar que harías en lugar de comer: dar un paseo al atardecer, llamar a un buen amigo, leer un libro, ver el cielo, o escuchar la lluvia.


Amate a ti mismo: aprecia estar contigo mismo, sin escuchar estas  voces destructivas. Cuando hablas a ti mismo con cuidado y preocupación, más que con juicios o con ira, estas seleccionando amarte. Decidir irte a caminar antes que comerte las galletas, parar de comer porque tu cuerpo ha dicho que es suficiente, o ponerte a meditar en lugar de ir a comprar un donut. En pocas palabras tu estas sintiendo placer de estar contigo mismo, en lugar de darte el giro a la comida para evadirte.

Deseos de Carbohidratos

Recientes estudios arrojan más luces en relación al consumo de carbohidratos y el estado de ánimo. Investigadores de la universidad Rockefeller en Nueva York piensan que el deseo de estos alimentos puede ser una forma en que la madre naturaleza informa a las mujeres que deben comer para sentirse mejor.
Tal vez el deseo de azúcar que experimentan algunas mujeres en la pubertad, premenstrual, durante el embarazo, y después de la menopausia podría ser una respuesta producida por los estrógenos en el cerebro y los niveles de azúcar en la sangre.
Las mujeres muestran ser más sensibles a los cambios en la serotonina que los hombres, explica el Dr. Chistie. “Cuando los niveles de estrógenos bajan y aumentan los niveles de progesterona, los niveles de serotonina pueden caer. Nosotros postulamos que esta caída es la razón de porque las mujeres desean carbohidratos durante algunos momento del ciclo menstrual. Si los niveles de serotonina descienden, reincrementa el apetito, particularmente de hidratos de carbono. Este mismo mecanismo parece ocurrir durante la menopausia. “Cuando los vales de estrógenos descienden”, a menudo se da un incremento del apetito, deseos de carbohidratos y se reporta una ganancia de peso; que también podrían estar asociados a cambios en los niveles de serotonina.

Estrategia Anti-Estrés

Aunque algunas mujeres instintivamente eligen el chocolate para modificar su estado de ánimo, otras estrategias nutricionales nos pueden ayudar para facilitar la liberación del estrés y la tensión.
Investigadores del Departamento de Agricultura de Estados Unidos estudiaron el impacto emocional y físico de una semana de estrés intenso en personas consumiendo una dieta adecuada, encontraron que los valores sanguíneos y en los tejidos de ciertas vitaminas descendieron hasta un 33%. Considerando esta disminución en el suministro de nutrientes en una largo plazo, tendría como consecuencia el debilitamiento del sistema inmune, disminuyendo la resistencia a las enfermedades durante la temporada de frío, enfermedades cardiovasculares, asma y tal vez cáncer, concluye Elizabeth Somer en su libro Alimentos y estado de ánimo (Food and Mood). Por eso ella sugiere un consumo adecuado de vitaminas y minerales especialmente vitales para nutrir el cuerpo bajo una situación de estrés intenso, que incluyen magnesio, antioxidantes (especialmente vitamina C, E y betacaroteno), y vitaminas del complejo B.
Es recomendable mantenerse alejado de los dos peores: cafeína (presente en el chocolate, café, y colas) y el azúcar refinada. Ser racionales: En los momentos en que necesitas tus reservas mentales, físicas y emocionales, el azúcar y la cafeína pueden hacer descender tus niveles de azúcar en la sangre en picada, corriendo el riesgo de dejar la química de tu cerebro en desorden.
Para aliviar el estrés, lo mejor es evitar la cafeína y el alcohol, así como también los alimentos ricos en grasas, azucares refinados, y los dulces o calorías vacías (golosinas). En su lugar consumir alimentos ricos en fibras (frutas, vegetales, cereales integrales, legumbres, etc). Y si el estrés te supera y te produce perdida del apetito, comer pequeñas cantidades durante todo el día.

 El tirón de la Cafeína

La cafeína es usada por millones de personas para sentirse mejor y pasar el día. Esta es una droga psicoactiva que puede levantar el ánimo y ponerte tu mente en estado de alerta. Un exceso podría disparar la ansiedad, ataques de pánico y el insomnio; La disminución brusca de la cafeína para los adictos es probable que conduzca a un síndrome de abstinencia, que van desde dolores de cabeza, a la depresión y la fatiga.
Un exhaustivo escrutinio de los científicos a esta popular droga ha revelado que la cafeína es una sustancia paradójica.
Cuanta cafeína es suficiente para producir un estado de alerta mental? Tan poco como una o dos tazas de café (100-200mg) diaria o una pequeña cantidad de cola carbonatada (32mg), pueden mejorar el desempeño mental y el estado de alerta, reducir la fatiga y actuar como un antídoto natural al bajón experimentado por muchos de nosotros después de comer.
Cuando se trata de la cafeína, más no necesariamente es mejor, abusar de la cafeína produce ansiedad, inquietud, entre otros síntomas, dolores de cabe a alteración del ritmo cardíaco, elevación de la presión sanguínea y el colesterol, deficiencia de ciertos nutrientes, y disminución de la concentración.
Para quienes tiene una adicción a la cafeína su desintoxicación puede ser desagradable. Como con todas las recomendaciones nutricionales, la moderación es la clave del asunto.

Kesten D. (2007) Feeding the Body Nourshing the Soul. Vermont, Editorial White River Press.